Decir Pedro Capilla es decir farmacia española. Lo mismo que decir farmacia española es decir Pedro Capilla. Y es que, con 21 años al frente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), se hará raro hablar de farmacia sin pensar en él. Pero así será a partir del próximo 5 de mayo, cuando su mano derecha durante muchos años, Carmen Peña, tome las riendas, si es que no aparece una candidatura alternativa a última hora, del máximo órgano de gobierno de los farmacéuticos españoles.
Durante estos 21 años ha habido luces y sombras, como es natural. Pero lo que sí es claro, y de una claridad meridiana, es que el trabajo realizado por Capilla en este tiempo ha llevado a la farmacia española a ser un ejemplo para todo el mundo. Por ese motivo, es normal que todos nos fijemos en esas luces y dejemos las sombras en el lugar en el que tienen que estar: en la sombra.
Ha llovido mucho ya desde que Capilla llegase a la secretaría del CGCOF en 1969 y desde que se hizo cargo de su presidencia en 1988. Tanto ha llovido que el pelo negro del presidente de los farmacéuticos españoles se ha transformado en una cabellera blanca. Eso sí, por lo menos no la ha perdido. Y es que, Capilla ha visto desde el CGCOF, cómo caía la dictadura, cómo se daban los primeros pasos de la transición, cómo se asentaba ésta, cómo llegaba al poder en 1982 el PSOE, cómo lo hacía el PP en 1996, cómo lo volvían a hacer los socialistas en 2004, cómo desfilaban ante diversos ministros de Sanidad hasta llegar a Trinidad Jiménez, cómo en 1986 España entraba en la UE, cómo… Toda una vida. Una vida dedicada, con más aciertos que errores, a la farmacia.
Precisamente, esa farmacia que ha defendido durante décadas tiene el 19 de mayo una cita crucial en el Tribunal de Justicia de Luxemburgo. Una cita de la que dependerá mucho el futuro del modelo farmacéutico español. Esta batalla, la última y más importante que ha tenido Capilla al frente del CGCOF, se disputará (si es que no surge una candidatura alternativa a la de Peña) con él fuera de la presidencia. Pero la victoria será suya.
