Todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados han
pedido medidas de control del gasto que afecten a los medicamentos innovadores
La sesión del Pleno del Congreso de los Diputados de la pasada semana, en la que tuvo lugar la convalidación del Real Decreto Ley 4/2010, puede marcar el futuro de las actuaciones en materia de control del gasto en los próximos años o meses. Todos y cada uno de los portavoces de la oposición mostraron a la Ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, su crítica al hecho de que sólo los medicamentos sin patente hayan sido los afectados por el ‘decretazo’. Igualmente, todos y cada uno de los representantes de los grupos políticos mostraron su escepticismo ante las cifras de ahorro estimadas por el Gobierno, y todos ellos, a su vez, reclamaron más medidas para controlar un gasto que asciende al 30 por ciento del gasto sanitario total en nuestro país.
Lo que no dijeron, al menos la mayoría, es que ese porcentaje es tan alto porque el montante total que se dedica a la sanidad en España es muy bajo. Un porcentaje puede ser grande si el numerador es pequeño o el denominador es grande, y en el caso del mercado farmacéutico lo que ocurre es que el numerador, el gasto sanitario, es de los más bajos de toda Europa.
Pero bajando al terreno de lo que los portavoces políticos propusieron, desde nuestra perspectiva supone una muy mala noticia. Acabamos de pasar unos meses de incertidumbre a la espera de las medidas que el Gobierno fuera a implantar y, ahora, nos encontramos con que en un futuro muy próximo la situación puede ser, de nuevo, cambiada. Este escenario de imprevisibilidad es lo peor que se le puede ofrecer a una industria que, como la farmacéutica, necesita hacer planes a largo plazo porque son los tiempos en los que ellos obtienen resultados.
No nos cabe duda de que las medidas puestas en marcha por el Gobierno no llegan casi ni a la definición de parche. No tanto por el efecto a corto plazo que tendrán sino porque no son, para nada, estructurales. Por ese motivo, las autonomías pedirán, sumándose a los grupos del Congreso, más medidas inmediatas. Lo único que esperamos es que dichas actuaciones no incidan en el mismo error que el RDL 4/2010, esta vez en el bolsillo de los medicamentos innovadores y que, de una vez, se pongan en marcha medidas estructurales con visión a largo plazo para dar al sector un escenario de estabilidad.