El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha dado buena muestra de la importancia que para él tiene el derecho de los ciudadanos de esa comunidad a acceder a los medicamentos
| 2011-05-20T16:21:00+02:00 h |

No hay actitud más cerril que aquella que está motivada por la irracionalidad. Actitudes típicas de niño consentido: “el balón es mío y si no se juega como yo quiero aquí no juega nadie”. Y esa es la actitud que ha tomado el Servicio Andaluz de Salud (SAS) dependiente de la consejería que, de momento, dirige María Jesús Montero. Y decimos “de momento” porque, como siga con su intención de hacer un trágala a los farmacéuticos andaluces puede que los ciudadanos se lo hagan a ella y a su partido en las urnas en los próximos comicios autonómicos en esta comunidad. Y es que, en otra vuelta de tuerca para implantar la subastas de medicamentos en esta comunidad a través de la gatera que supone el concierto con los colegios farmacéuticos andaluces, el SAS se ha olvidado que la presión que les metan a los boticarios puede provocar desabastecimientos en las oficinas de farmacia.

La Consejería de Salud de Andalucía ha tomado el camino del medio y, con las anteojeras puestas, denunció el concierto existente y se puso estupendo al decir que exigirá siempre que los farmacéuticos dispensen el medicamento registrado a precio menor. Si no se hace así, amenaza con no pagar esas dispensaciones. La consejería andaluza sabe, como lo sabe todo el mundo en este sector, que en una comunidad autónoma con una prescripción por principio activo (PPA) cercana al 90 por ciento esa es una tarea imposible. ¿O es que no saben que muchos de esos fármacos registrados no se encuentran en el mercado? ¿O es que no saben que hay laboratorios que no tienen capacidad para hacer frente al abastecimiento demandado?

Pues sí, sí lo saben, pero parece que en este pulso, transformado en guerra, todo vale. Un todo vale que, a buen seguro, los ciudadanos responderán. Un todo vale que tendría que hacer reflexionar a algún que otro responsable farmacéutico, como el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cádiz, Felipe Trigo, que felicitó a sus colegiados por apoyar el plan de la consejería y auguró males casi bíblicos por el ‘no’ del resto. Reflexión.