J.C.R./A.D.C.
Madrid
El debate sobre una hipotética modificación del copago de los fármacos en función de la renta del paciente ha quedado abierto entre las asociaciones de pacientes. Existe un buen número de ellas que se opone a modificar un sistema que, en su opinión, funciona correctamente; pero existen otras que, teniendo en cuenta estudios previos que asegurasen su rentabilidad, ven con buenos ojos esta medida. Es el caso de Emilio Marmaneu, presidente de la Confederación Española de Familiares de Enfermos de Alzheimer (Ceafa), que aseguró que “si se dieran situaciones económicas que exigieran un ejercicio de solidaridad, podría implantarse, siempre como medida transitoria”. En la misma línea se sitúan desde la Fundación de Hipercolesterolemia Familiar (FHF), donde afirmaron que “el Estado deberá estar preparado para tomar las medidas necesarias, derivadas del estudio profundo del sistema, basado en la equidad y en la justicia social”.
Por contra, la coordinadora de la Asociación Española de Enfermos de Hepatitis C (AEHC), Amparo González, mencionó que el actual sistema de copago “es justo”, mientras que desde la Federación Española contra la Fibrosis Quística aseguraron que “en función de los ingresos ya se producen las cotizaciones a la Seguridad Social y el IRPF, por lo que un segundo sistema progresivo sería doblemente gravoso para quienes más contribuyen, y quizá con ello menos justo”.
Sobre la conveniencia o no de racionalizar determinadas prestaciones sanitarias, entre las asociaciones de pacientes existe un consenso, y para la mayoría recortar gastos en algunos aspectos en los que existe “un despilfarro” sería positivo para el Sistema Nacional de Salud. Así, la presidenta de la Federación Española de Cáncer de Mama (Fecma), Antonia Gimón, aseguró que “lo que es necesario es evitar el gasto inútil y superfluo e intensificar el uso de las prestaciones sanitarias más eficaces”. Sin embargo, Marmaneu se posicionó en contra de este recorte en determinadas prestaciones, y destacó que “la salud de una persona es lo más importante y valioso que ésta tiene, y no debería escatimarse ninguna prestación”. Aun así, entendió que debería hacerse “siempre y cuando esté contrastada su necesidad”. Por contra, desde la Asociación Española Contra la Osteoporosis (Aecos), su presidenta, Carmen Sánchez, se opuso totalmente a un recorte de las prestaciones, “ya que si un médico piensa que se necesita una determinada prestación, lo hace porque el paciente lo necesita”.
Propuestas de uso racional
La prescripción de medicamentos supone, en ocasiones, que una vez superada la enfermedad que padece el paciente, se acaben almacenando o desaprovechando algunas dosis sobrantes del producto dispensado. Sobre este asunto, las opiniones giran en torno a la búsqueda de fijar las presentaciones de acuerdo al número de dosis más habitual para el tratamiento de la enfermedad para la que el medicamento está indicado, con el fin de “evitar excesos de medicación sobrantes de tratamientos finalizados en los botiquines de todas las casas”, como aseguró el presidente de la Federación Española para la Lucha contra la Esclerosis Múltiple (Felem), Pedro Carrascal.
Además, Amparo González propone que “el paciente reciba la información correcta tanto de facultativo como del farmacéutico”, para hacerle ver la importancia de cumplir correctamente con el tratamiento. Así, también se lograría reducir el abuso de fármacos que podría ser perjudicial para la salud del enfermo. En cuanto al propio paciente, desde la FHF recomiendan que siga estas indicaciones “implicándose más en el proceso de su enfermedad”. Continúan sus propuestas haciendo referencia a una de las recomendaciones del “gran doctor Marañón”, y mencionaron que “lo que necesita el médico es una silla para poder escuchar al paciente y descubrir realmente lo que le pasa. De esta manera, recetaría menos fármacos y en las dosis justas para el tratamiento indicado”.
La importancia que el uso racional de los medicamentos tiene tanto en términos de salud como en el “ámbito económico y medioambiental” es uno de los puntos fuertes que destaca Marmaneu, y del que deben tomar concienciación tanto médicos y farmacéuticos como los propios pacientes.
Por último, la Federación Española contra la Fibrosis Quística recomienda a la Administración “perseguir la picaresca que persigue a todos y que supone que se adquieran medicamentos gratuitos con recetas de mayores para consumo de otros miembros de la familia”, una práctica que se lleva dando desde hace algunos años en nuestro país.