Víctor Gutiérrez Madrid | viernes, 23 de marzo de 2012 h |

El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Alberto García Romero, institución que organizó la undécima edición de Infarma junto con el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, explicó a EG la oportunidad que representa la nueva alianza con la institución colegial barcelonesa, así como los problemas que rodean a la profesión.

Pregunta. Por primer año Infarma ha sido organizado de forma conjunta por los colegios de Madrid y Barcelona. ¿Cómo valora el resultado de esa alianza?

Respuesta. La verdad es que en la etapa de Anefp hemos estado encantados muchísimos años, pero al final todo cambia. La unión con Barcelona potencia a los dos. Incluso, creemos que para los expositores, el público y los visitantes, tener un solo congreso al año, con características similares y homogeneizado, es bueno. Creemos que es un paso adelante y que será positivo.

P. La respuesta del sector ha sido muy positiva, ¿no?

R. Sí, a pesar de ser momentos muy complicados para la profesión. También es verdad que es la única cita anual en la que todos los farmacéuticos tienen la oportunidad de encontrarse, ver qué se está haciendo en la profesión y relacionarse con otros compañeros, con la distribución y la con industria.

P. ¿Qué ha ofrecido Infarma 2012 a los farmacéuticos?

R. Ahora mismo creo que Infarma es un buen escaparate, ya que el farmacéutico está muy aislado en su farmacia. Aunque todos los colegios intentan transmitir el día a día de la profesión, las inquietudes y los problemas, cada vez es más difícil esa complicidad entre las farmacias y las instituciones.

P. Infarma 2012 ha querido dar relevancia a otras realidades del sector. ¿Mirar al futuro?

R. Es en lo que Infarma ha incidido. Aparte de los problemas puntuales de pago, creemos que la profesión tiene muchísimas líneas de desarrollo por delante, y el objetivo radica en que Infarma sea el punto de encuentro de nuevas ideas e indique hacia dónde tiene que ir la profesión o por dónde va ir la progresión.

P. Además del problema de los impagos se encuentran, por ejemplo, la aprobación de distintos decretos que han repercutido en la farmacia, ¿no?

R. Sí, estamos muy preocupados porque las farmacias madrileñas no son de las ricas de España y sus cuentas de resultados se resentirán más que en otras regiones. Desde el ministerio y las comunidades se han dado cuenta ya de que es difícil darle una vuelta de tuerca más al precio del medicamento, tal y como se ha estado haciendo hasta ahora, y por eso se están estudiando vías alternativas de sostenibilidad.

P. ¿Qué opinión le merecen las subastas de medicamentos?

R. Me parece la peor de las opciones porque es una medida que se lleva por delante toda la cadena: la industria, la distribución y la farmacia. Creo que no se debe conculcar la libre competencia. Los precios están a un nivel tan bajo que es difícil seguir bajándolos y, sobre todo, se trata de una opción inconstitucional. Los recursos de Cacof y Ceofa se atienen a lo que había que hacer y es lo que yo mismo hubiera hecho.

P. Y los nuevos precios de referencia…

R. Para las boticas de Madrid supondrán otra bajada del 10 por ciento en la facturación, que ahora se sitúa sobre los 550.000 euros. El problema es la heterogeneidad de las farmacias: hay centros que no bajarán tanto y otros estarán al límite.

P. ¿Se ha cometido un error?

R. Sí, y estamos de acuerdo con FEFE, que recurrió y ha ganado parcialmente la demanda. Se han utilizado laboratorios que no tenían capacidad ni para servir a 3.000 habitantes.