El presidente del Consejo catalán apuesta por una reforma de la AF
Reclama un marco normativo para la provisión de servicios farmacéuticos
LUCÍA GALLARDO
Barcelona
El presidente del Consejo Catalán de Colegios de Farmacéuticos, Jordi de Dalmases, fue requerido la semana pasada por la Comisión de Sanidad del Senado para participar en la “Ponencia de estudio de las necesidades de recursos humanos en el Sistema Nacional de Salud”. Durante su discurso, Dalmases expuso las actividades que desarrolla el farmacéutico en todos los ámbitos de ejercicio de la profesión, así como su aportación al sistema de salud, y realizó un análisis que sirvió como argumento para defender una necesaria “redefinición de la profesión”.
“Para poder continuar desarrollando las funciones profesionales que ha ido acumulando a lo largo de estos últimos años e incrementar su valor añadido al sistema sanitario, el farmacéutico necesita de modificaciones estructurales”, afirmó durante la ponencia. Este cambio debe venir, a su parecer, de “una reforma de la Atención Farmacéutica, como en su día se necesitó en la Atención Primaria, basada en un interés cada vez más sólido por definir una vocación específica y reconocida en los sistemas de salud”.
Este cambio debe alcanzarse, como viene manifestando desde que fue nombrado presidente del COFB, a través de la elaboración de una cartera de servicios, cuya existencia se justifica “por la necesidad de clarificar y definir la oferta que debe realizarse desde la profesión, a fin de adecuarla a las nuevas necesidades, y poder evaluar su idoneidad, efectividad y eficiencia en una política de optimización de recursos”.
Dalmases no dejó pasar la oportunidad de reclamar para el desarrollo de estos servicios una remuneración. Así, cree que “la retribución de la Atención Farmacéutica no debe negarse en base a la contención del gasto farmacéutico”, en el sentido de que el objetivo no debe ser disminuir esta partida, sino conseguir una mayor efectividad del sistema y el trabajo de los profesionales en el uso racional del medicamento.
“Pensamos que una Atención Farmacéutica sólida y retribuida coadyuvaría definitivamente a la contención del gasto basado en un uso eficiente de los recursos, al atribuirle al farmacéutico un papel activo en la gestión”, añadió. Asimismo, señaló que no era el momento de discutir si hay que destinar más o menos cantidad económica a la realización de los servicios, sino de ver qué calidad puede ofrecer el boticario al sistema asumiendo un nuevo papel. “La profesión farmacéutica se siente plenamente capaz para asumir este nuevo rol”, concluyó.
Especialidades
Con el fin de satisfacer los retos del nuevo espacio profesional, en el que se debe tener en cuenta el marco europeo, Dalmases resaltó la necesidad de aumentar la formación de estos profesionales “para que adquieran las habilidades para la práctica de la Atención Farmacéutica en su más amplio sentido”. En esta línea, destacó la especialidad de farmacia hospitalaria existente en España, que puede servir de referente a muchos países. Como deficiencias, señaló que en España aún existen profesionales que trabajan en el Sistema Nacional de Salud sin el título oficial requerido, como el caso de ciertos farmacéuticos de hospitales, el colectivo denominado ‘festos’.
Según él, sería conveniente la modificación de los programas formativos de pre y posgrado “para consolidar un rol normalizado del farmacéutico como agente de salud encargado, no sólo del medicamento, sino de la gestión del proceso asistencial del paciente, en colaboración con los otros actores sanitarios”.
También aprovechó su participación en la ponencia sobre recursos humanos para reclamar el desarrollo de nuevas especialidades que den respuesta a las nuevas necesidades asistenciales, como la de farmacéutico especialista en Atención Primaria o en Nutrición.