El gasto de la I+D en 2009 descendió y aumentó la brecha entre los sectores público y privado
| 2011-06-10T16:08:00+02:00 h |

MARTA DUEÑAS

Madrid

“No es un problema endógeno del sistema, sino de un entorno que lo está presionando”. Esta fue la idea que Juan Mulet, director general de la Fundación para la Innovación Tecnológica (Cotec), expresó al referirse al contexto de la I+D española durante la presentación del informe que cada año realiza la entidad para dibujar y prever el mapa innovador de nuestro país. Y es que, según el último informe, el gasto español en I+D sufrió en 2009 su primera caída en quince años.

Así, además de que las cifras constatan esta realidad, el Informe Cotec 2011 evidencia que es el entorno que envuelve a la innovación el que impide la evolución de este indicador. Entre los “lastres” de la innovación española, Mulet señaló al sistema educativo actual, a la falta de conciencia innovadora de la sociedad y a los deficientes marcos institucionales en I+D.

Asimismo, en la presentación del documento se hizo especial hincapié al ejercicio de las pymes. A este respecto, José Ángel Sánchez, presidente de Cotec, advirtió que éste “es un colectivo en el que son muy pocas las empresas que hoy optan por la innovación”. Es, para él, un aspecto a tener en cuenta si se repara en lo que representan a nivel nacional, porque las pequeñas y medianas empresas generan el 60 por ciento del PIB y ofrecen el 80 por ciento del empleo.

Por ello, Sánchez apostó por “contribuir a que estas empresas encuentren oportunidades para crecer y ser más productivas mediante la innovación”. En su opinión, resulta “absolutamente imprescindible” promover, de forma urgente, políticas directas de fomento a la I+D que consigan transformar este colectivo para hacerlo más innovador. En base a la dimensión de estas deficiencias, estimó que “hay que empezar a tomar medidas” para que el entorno no suponga “un gran problema de estancamiento y una pérdida de competitividad”.

El presidente de Cotec lamentó, además, que en épocas de bonanza económica no se incidiera en el inexorable desarrollo del sistema innovador español. Por ello, puntualizó que “este sistema no ha podido crecer ni lo hará por su propia estructura”. Un esqueleto que, también, está marcado por el “excesivo peso de sectores que generan poco valor añadido”. Así, aunque reconoció la eficiencia del sistema, advirtió que “todavía es muy pequeño como para convertirse en el motor de la competitividad de nuestra economía”. Algo que, por otro lado, es necesario para salir de la crisis actual, una situación que no remite porque, según Sánchez, “no somos capaces de crear el valor añadido que nos permitiría competir en los mercados globales”.

Al otro lado de la balanza, está la industria farmacéutica, que tira del carro de la innovación española, junto a la informática. A este respecto, en declaraciones a EG, Mulet reconoció que la actividad del sector se mantiene como “uno de los grandes motores de su desarrollo”.