| viernes, 15 de enero de 2010 h |

Santiago de Quiroga

Las compañías farmacéuticas viven inmersas en diversos procesos de redefinición de su actividad, siendo uno de ellos el relacionado con las Relaciones Institucionales y la Comunicación. El modelo organizacional que predomina es el de mantener dos posiciones con la responsabilidad de las RR.II., por un lado, y la de la Comunicación, por otro. Ambos puestos tienen un reporting al primer ejecutivo de la compañía. Éste es uno de los modelos más comunes en España.

En otros casos, la comunicación, verdadera herramienta estratégica de la compañía, se encuentra integrada en un departamento de RR.II. En estos casos, los responsables de comunicación asumen un papel más secundario, pero eso no significa que la comunicación no sea una prioridad para dicha compañía. Sencillamente, se integra en las actividades institucionales corporativas y dependen del director de dicho departamento, que suele tener un componente alto de conocimiento del sector. Digamos que es alguien que conoce bien la sanidad y es consciente de los cambios que se están produciendo.

Precisamente es ese conocimiento sanitario lo que necesita un primer ejecutivo en estos momentos, en los que explicar algunas cosas que suceden en nuestra sanidad —para alguien que puede ser nuevo en el cargo— supone un ejercicio de un mérito encomiable, no necesariamente reconocido. Varios ejecutivos nuevos estarán en ello en estos momentos.