La semana pasada pudimos ver a la Farmacia de la Comunidad Valenciana en un ejercicio tan necesario como enriquecedor. Las fortalezas de la farmacia deben servir para afrontar un mejor y más eficaz abordaje del enfermo crónico y polimedicado, al tiempo que se debe reinventar económicamente la farmacia. Juan Ignacio Güenechea, vicepresidente de Cofares, llama al contexto actual “la tormenta perfecta”, al tiempo que sorprende con una provisión para impagados en las cuentas de la cooperativa, diez veces superior al año anterior. Cofares tiene una fórmula de éxito probada: diversificación y servicios útiles a la farmacia. Jesús Bellver, presidente del COF Castellón, cree que con la e-receta aflorará el 20 por ciento de recetas prescritas y no dispensadas, lo que permitirá saber quién no se trata, clave para el cumplimiento. Jaime Carbonell, su homólogo en el COF Alicante, se centró en lo impagos: “Un país que no paga no es un país serio”. Y dice que el catálogo de servicios a la farmacia alguien deberá pagarlo, de verdad. María Teresa Guardiola, presidenta del COF Valencia, puso el dato en la llaga: cada farmacia ha dado al estado 244.000 euros desde el RDL5/2000.
José Clerigués, director general de Farmacia valenciano, siempre dispuesto al diálogo, destaca que el 5 por ciento de las personas consumen el 46 por ciento de los recursos, y son 400.000 con cuatro-seis tratamientos. Eficiencia es la clave.
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