Santiago de Quiroga
En mayo del año pasado la patronal europea de la industria innovadora (Efpia) envió seis cartas a comisarios europeos solicitando que los recortes de los precios de los medicamentos en Grecia no fueran objeto de influencia en el resto de países de la Unión Europea a la hora de fijar el precio que se suele comparar entre varios estados de referencia. Las medidas económicas tomadas por Grecia han sido tan agresivas como crítica es su situación: un 20 por ciento de recorte en el precio de unos 12.000 medicamentos, partiendo ya de los precios baratos que siempre han existido en dicho país. Al borde de la suspensión de pagos, y pendiente de nuevas ayudas, Grecia ha aplicado medidas que han provocado el abandono del país de algunas empresas, cuya tarea de conseguir unas cuentas en que los números salgan ha sido imposible. Reconocer la difícil situación de Grecia y no aprovecharla para rebajar los precios en otros países más ricos es también un ejercicio de responsabilidad. Es necesario tener presente la aportación del sector farma al progreso de la sociedad, a la innovación y el empleo.
Habrá que evitar que las medidas de recorte en el futuro sigan siendo improvisadas y cortoplacistas. Ahora que Portugal e Irlanda han sido también rescatados, la presencia de España en el grupo bautizado por el FMI como EA4 no nos libra de sospecha, pero podría ser una excusa para seguir con recortes por parte de algunos responsables sanitarios.