Santiago de Quiroga
Ahora ya tenemos una foto completa de la situación. La DG de Mercado Interior de Charlie McCreevy ha seguido una estrategia de solicitar “movimientos aperturistas” de los países con modelos regulados. La excusa era que así evitaba denunciar en Luxemburgo, pero no era así. Su intención —decían— era cambiar “sólo algunos aspectos”, no proponerles a los Estados miembro una liberalización total. Una estrategia planificada en la que Portugal e Italia cayeron, anunciando diversas medidas desreguladoras. El resultado ha sido dictámenes motivados que insisten: ¿por qué no más de cuatro o seis farmacias por farmacéutico? En otras palabras: los países más vulnerables a la presión de la CE, con su estrategia desreguladora, han sido los que más ataques han sufrido de ésta.
Elena Salgado tuvo la tentación de ceder y dar una señal a la CE. Buenos consejos la disuadieron. Bernat Soria no ha caído en el error de otros colegas europeos. Seguimos esperando a que McCreevy deje a nuestro ministro explicarle las ventajas para el sistema sanitario y el ciudadano de un modelo como el español. Pero el tiempo se le acaba a McCreevy y su relevo es cuestión de meses. Soria ha cumplido.
En el tribunal de Luxemburgo nos debatimos entre el alto porcentaje de éxito de la CE, que gana por goleada a los Estados denunciados, y un informe contundente del abogado general a favor de Italia y Alemania. Un desenlace inminente.