Santiago de Quiroga | viernes, 27 de enero de 2012 h |

Utilizar la alternancia para dirigir las patronales permite obtener lo mejor de la diversidad de un sector. En Farmaindustria, por ejemplo, compañías nacionales y multinacionales, con diferentes intereses y visiones en ciertos campos, pueden alternar el ejercicio del poder en el seno de la asociación. La generosidad de compartir la máxima responsabilidad es un indicador de salud de la propia organización, siempre que haya personas dispuestas a ejercer tal función. Lluís Barenys ha dado un paso al frente y se ha presentado para suceder a Antonio Mingorance, del que solo cabe hacer un balance positivo de su gestión. Pero es importante que el 16 de febrero la alternancia permita que Fedifar no siga el mismo patrón que ha marcado sus destinos en los últimos años. Mingorance ha sido, probablemente, el más idóneo para una etapa que ya ha terminado y que permitía una buena conexión con las ramas andaluzas del poder sanitario nacional. Pero ahora la situación es otra. Y de la misma forma, cabe preguntarse si para la aprobación del Real Decreto de Distribución el presidente de la patronal debe tener un perfil determinado. Barenys es capaz, pero ¿supone la continuidad en un contexto radicalmente diferente? Quizá hay que desterrar el prejuicio de que presida Fedifar uno de los grandes, alguna vez, claro.

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