Santiago de Quiroga
Si partimos de la idea de que la mejora de la tecnología repercute en una mayor prosperidad, cuando la tecnología tiene que ver con una prestación tan importante como la farmacéutica, es fácil poner en el centro del beneficio al ciudadano. La receta electrónica mejorará la prestación farmacéutica allí donde se implante —aspecto que muchos esperamos entre expectantes y escépticos—. Y Extremadura y su consejera de sanidad, María Jesús Mejuto, pueden apuntarse otro tanto en beneficio del sistema sanitario. Probablemente influya en la decisión las prioridades que un presidente como Guillermo Fernández Vara sepa bastante de cuestiones sanitarias. Y es que Extremadura puede no tener los recursos de las grandes y liderar otros campos, pero no cabe duda que sigue atinando con los asuntos sanitarios.
Otra lectura es que los presidentes y los equipos de los COF de Badajoz y Cáceres hacen los deberes. Solicitan lo que creen oportuno y justo y son socios y aliados de las administraciones. Así se entiende que la sanidad y la farmacia avance. En unas CC.AA., como Extremadura, el tándem farmacia-consejería tiene como resultado proyectos concretos allá donde la crisis da al traste con los mismos en otras partes.
Como en todo, las personas y sus capacidades son los auténticos motores; los líderes sanitarios.