| domingo, 26 de julio de 2009 h |

Santiago de Quiroga

La caja de Pandora se ha abierto. La sociedad española tiene un problema de tensión entre el personal sanitario y los pacientes que son atendidos. Esa tensión desencadena en ocasiones las agresiones. Y estar señalando desde medios de comunicación generales y de amplia tirada los errores de médicos y enfermeros, sólo contribuye a incrementar la tensión mencionada. No pretendo aquí decir a ningún periódico lo que tiene que hacer: el lector manda y cada uno escoge la línea editorial que decide. Pero los profesionales sanitarios y los pacientes no se pueden quedar de brazos cruzados mientras asistimos a la posible difusión del más de un millar de negligencias que ocurren en España cada año. La semana pasada un periódico llevó a portada que en el Gregorio Marañón se cometió otra negligencia similar hace un año con resultado de muerte. Se podrían rellenar las portadas de todos los diarios de este país con las negligencias médicas de un año. Craso error.

Se debe incentivar que los profesionales reconozcan errores de forma voluntaria, con un registro y con la participación de colegios profesionales y de pacientes. No todos los errores son negligencias. Los errores se tienden a ocultar, y es necesario ser transparente con el paciente afectado y con su familia. La honestidad debe prevalecer sobre el sensacionalismo destructivo.