| viernes, 02 de septiembre de 2011 h |

Santiago de Quiroga

La receta de María Dolores de Cospedal de reducir un 20 por ciento el gasto corriente no tiene precedentes en España. Cospedal hará algo sin que la reforma de la Constitución le obligue. Los que se oponen a que los gobernantes no gasten más de lo que tienen van en contra de los intereses de los ciudadanos y son unos demagogos. UPN lo dijo en el Congreso de los Diputados, o trabajamos de verdad en las medidas requeridas y en las nuevas formas de administrar el dinero público que requiere la situación, o nos enfrentaremos al desastre. Y una nueva forma de actuar es eliminar lo superfluo, los ‘chiringuitos’, las subvenciones a sindicatos y patronales, y muchos gastos relacionados con la fiebre de políticos de utilizar coche con chófer.

Pero Cospedal va a realizar también recortes en sanidad y, por primera vez, serán recortes que también pueden considerarse ‘chiringuitos’, si así llamamos al exceso de cargos públicos de dudosa necesidad en el sistema sanitario. Entre dichos recortes de las partidas hasta ahora ‘sagradas’ están: la mitad de los secretarios de altos cargos y todos los secretarios de los propios consejeros, racionalizar las plantillas de directivos adscritos a las gerencias de Salud (Sescam), revisar gastos de mantenimiento de los centros sanitarios, prohibición de contratar personal interino… Tan duro como la situación.