| viernes, 10 de diciembre de 2010 h |

Santiago de Quiroga

Existe una anécdota-chiste relacionada con la pérdida de un anillo, en el que un señor de mediana edad se encuentra al pie de una farola cuando la noche empieza a cubrir de negro la calle, escudriñando el suelo atentamente, buscando con inquietud su anillo perdido. Cuando se le acerca una mujer para decirle si le puede ayudar en su búsqueda, éste le agradece su ofrecimiento y le describe cómo es el anillo perdido. Tras un rato de búsqueda infructuosa, la mujer le pregunta si está seguro de que se le ha caído al pie de la farola, y el señor le responde: “No, se me ha caído a diez metros de aquí, pero éste es el único sitio en donde hay luz”. Creo que la anécdota refleja un poco la situación que se está viviendo en nuestro país. Y son varios los ejemplos que vienen al caso.

El último Consejo Interterritorial de Salud, reunido en Santiago de Compostela, volvió a dejarse en el tintero algunos asuntos que fueron sustituidos por la idea de que las soluciones a los problemas de sostenibilidad pasan por, entre otras, la unidosis. Se cifra en un ahorro de un 2 por ciento de la factura farmacéutica según el ministerio, y no se repara en los costes asociados que, por no repetirme, se han identificado para la farmacia. Poco importa lo que afirme la patronal FEFE ni el resultado de los pilotos realizados. Nos empeñamos en buscar donde no está el anillo, mientras que evitamos mencionar que hay que pedir un esfuerzo a la sociedad española.