La directora general de la OMS pide más I+D para “adelantarse a las resistencias”
Según Chan, hay que buscar “fórmulas imaginativas” para enfermedades olvidadas
David Martín
Ginebra
“La innovación es necesaria para seguirle el ritmo a las nuevas enfermedades”, y para que exista innovación en el ámbito sanitario las compañías farmacéuticas necesitan de incentivos adecuados, basados en la protección intelectual que “premien la innovación”. Así se expresó la semana pasada Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante la Conferencia sobre Propiedad Intelectual y Cuestiones de Política Pública, organizada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). En un discurso aderezado con la amenaza mundial de la gripe A(H1N1), Chan llamó a continuar con la inversión en innovación para “adelantarse” a la aparición de resistencias, tanto en esta patología como en malaria o tuberculosis, así como “no quedar a la zaga en la emergencia de nuevas enfermedades”.
La directora general de la OMS realizó un reconocimiento a los innovadores en materia sanitaria al explicar que gran parte de los progresos en salud pública “dependen de la innovación”, especialmente en el área farmacéutica, ya que muchos de los avances sanitarios han tenido lugar tras la introducción de nuevos medicamentos y vacunas.
Pero la innovación, según Chan, va más allá de proveer de nuevos medicamentos a la sociedad. Las iniciativas que permiten facilitar la asistencia médica en condiciones precarias, por ejemplo “paliando la escasez de personal médico” o la simplificación de regímenes posológicos, que facilitan un uso adecuado y racional de los medicamentos, o el desarrollo de tecnologías aplicables en el ámbito domiciliario, son avances de gran importancia especialmente en países pobres.
Pobreza y salud
Pero, según Chan, el problema de estos países va más allá, ya que queda por resolver una serie de cuestiones que, vinculadas con la pobreza, impiden o dificultan la asistencia sanitaria. Así, explicó que hay que buscar fórmulas que permitan que el descubrimiento, desarrollo y comercialización de productos sea “más eficiente y sensible” a las necesidades sanitarias del mundo en desarrollo. En este sentido, hizo un llamamiento a mejorar el acceso a los tratamientos en países pobres, así como la promoción de la investigación en patologías olvidadas.
En este punto, la directora general de la OMS fue tajante: “No se puede negar a la gente el derecho al acceso a intervenciones que salvan vidas por razones injustas, en particular la imposibilidad de pagar”, afirmó. Por ello, pidió que se debía profundizar en fórmulas que, con respeto a la protección intelectual, mejoren la calidad del acceso a los tratamientos por parte de la población pobre.
Alianzas público-privada
Asimismo, Chan explicó que dado que la I+D puede verse impulsada tanto por las necesidades no cubiertas como por la lógica del beneficio, por lo que resultaba necesario profundizar en la extensión de “estrategias imaginativas” que ayuden a sortear las consecuencias de los fallos del mercado en las poblaciones desatendidas y las patologías olvidadas. A este respecto, la directora general de la OMS recordó algunas de las iniciativas de colaboración público-privada que permiten estimular la búsqueda de nuevos productos, así como fórmulas para abaratarlos y mejorar su diseño.
La riqueza marcará la prioridad de vacunación frente al H1N1
La directora general de la OMS, Margaret Chan, explicó también que es imposible fabricar 6.800 millones dosis de vacunas para la gripe A(H1N1) para cubrir las necesidades de todos los habitantes del planeta. Por ese motivo, volvió a insistir en que la capacidad económica, bien individual o nacional, incrementará las posibilidades de acceso a la vacunación. Fue otro ejemplo de asistencia sanitaria en función de la posibilidad económica que puso ante la OMPI.
En este punto, remarcó que no se trata de un problema de propiedad intelectual sino de innovación, ya que no se ha logrado que una misma vacuna sea útil para la gripe estacional y el H1N1, algo que de lograrse supondría la “mejor y más racional póliza de seguros” para aumentar el suministro y ofrecer un acceso equitativo.