| viernes, 13 de enero de 2012 h |

La Junta de Castilla y León aprobó el pasado 9 de diciembre el nuevo Plan Estratégico de Investigación Biomédica y Ciencias de la Salud 2011-2013, con una dotación cercana a los 51 millones de euros y la pretensión de que sea el “instrumento político de articulación de las nuevas líneas estratégicas” para guiar la investigación sanitaria en el futuro inmediato de esta comunidad. Un plan que presta especial atención a la generación de excelencia competitiva, según explicó el consejero de Sanidad de la Junta, Antonio María Sáez.

Esta nueva iniciativa, enmarcada en programas a nivel europeo, nacional y autonómico, como la Estrategia Regional de Investigación, Desarrollo e Innovación 2007-2013 y el III Plan de Salud, establecerá seis ejes de actuación, 30 planes de acción, 18 líneas específicas y 129 medidas, y contará con tres objetivos primordiales: mejorar la coordinación y articulación de los agentes públicos y privados; fomentar la actividad de los institutos de investigación sanitaria y la investigación “traslacional”. A este respecto, según Sáez, se parte de la idea de que en Castilla y León hay “excelentes” centros de investigación de carácter básico y la meta es “vincularlos más a la actividad clínica”. Asimismo, se quiere potenciar el espíritu emprendedor, la creación de empresas y la capacidad de innovación en el sector biomédico, mediante agrupaciones de empresas o clúster científicos (se impulsarán los tres existentes).

La financiación total del proyecto ascenderá a 50.961.275 euros, de los cuales 28,3 millones procederán de la Junta de Castilla y León, 19,2 del antiguo Ministerio de Ciencia y Tecnología y 3,3 del sector privado, a través del acuerdo que el Ejecutivo mantiene con Farmaindustria. De la inversión realizada por la Junta, Sanidad prevé aportar más de 12 millones de euros, mientras que el resto se repartirá entre las consejerías de Educación y Economía, 8,83 millones, y Empleo, 7,5 millones.

Medidas más relevantes

Respecto a la línea de desarrollo del programa, destacan algunas medidas de gran relevancia para el futuro de la Sanidad. Las más importantes hacen referencia a la constitución de grupos y redes de investigación básica, clínica y traslacional, de carácter multidisciplinar y multiprofesional, así como a la creación de tres institutos sanitarios de investigación que conformarán, junto al Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (Ibsal), una red vinculada a los cinco hospitales universitarios de la comunidad.

Asimismo, el plan contempla un programa de captación de jóvenes investigadores para incrementar el número de proyectos en funcionamiento; la organización de actuaciones formativas y suscripción de convenios con otras instituciones para lograr una mayor participación de los jóvenes facultativos y del personal de enfermería en proyectos biomédicos; y la creación de una red de biobancos para adecuar, mantener y mejorar la organización de los ya ubicados en los hospitales autonómicos y otras instituciones sanitarias, como por ejemplo, el Centro de Hemoterapia y Hemodonación.

De esta manera, se pretende consolidar los avances logrados y, al mismo tiempo, emprender nuevos proyectos, impulsar la iniciativa privada y la cultura emprendedora. Se trata, según Sáez, de crear una alianza entre industria y ciencia que posibilite “la relación directa y recíproca que ha de existir entre investigación, salud, productividad y desarrollo económico, para que redunde en el bienestar social y económico colectivo”.