Un estudio realizado en boticas de urgencia de Barcelona muestra que el modelo de guardias debe ser revisado
| 2010-02-12T15:39:00+01:00 h |

T. Carbonell

Barcelona

Las urgencias nocturnas de las farmacias no se adecuan todo lo bien que sería deseable a las necesidades reales de la población. Al menos así lo pone de manifiesto un estudio elaborado por la Asociación de Farmacias de Barcelona (AFB) y la Cámara de Comercio de esta provincia, “Servicio de urgencia nocturno en las farmacias de la provincia de Barcelona: aportación sanitaria y económica al sistema sanitario”, que revela que a pesar que la normativa catalana establece que el cometido de estas boticas es dispensar medicamentos “con carácter de urgencia”, el 47 por ciento de éstas no son de carácter urgente.

El estudio, que analizó 133 servicios de urgencia (de 22 a 9 horas) de la provincia de Barcelona, señala que la media de usuarios que reciben las boticas abiertas es de nueve. Una cifra que parece insuficiente para que el 8,9 por ciento de las farmacias de la provincia (no la capital) estén abiertas por las noches para atender estas urgencias. Y es que, incluso, el informe indica que el 16 por ciento de estas farmacias de guardia no realiza ninguna dispensación.

En este sentido, cabe destacar que la aportación anual de estas farmacias al Sistema Nacional de Salud en conceptos de servicios de urgencia nocturnos es de unos 10,3 millones de euros. Sobre este aspecto, el informe precisa que “en ninguno de los servicios de urgencia analizados los ingresos superan los costos”.

Racionalizar el modelo

Con estos datos encima de la mesa, surge la necesidad de plantearse una pregunta: ¿estos servicios responden a la necesidad real de la población? Para María Teresa Bassons, vocal del comité ejecutivo de la Cámara de Comercio de Barcelona, “las farmacias dan un buen servicio de urgencias, pero el número de farmacias de guardia es demasiado alto en comparación con la necesidad real de la población y los costes excesivos que generan”. Por este motivo, Bassons considera que “hay que racionalizar este servicio y dar con un sistema que siga garantizando la urgencia real pero que no sea insostenible, como hasta ahora”.

En los mismos términos se expresa el presidente de la AFB, Ramón Casanovas, quien reclama racionalizar este modelo de guardias. “El servicio de guardias nocturnas va más allá del concepto de urgencia, ya que cubre otras demandas de la población, por lo que se debería valorar el esfuerzo asistencial del farmacéutico”.

Y es que, el estudio muestra la necesidad de abrir un debate sobre. “Las urgencias nocturnas que ofrecen las farmacias son un servicio público no reconocido como tal sobre el que se debería reabrir el debate y pactar un nuevo modelo”, dice María Cinta Tomàs, vicepresidenta de la AFB.