Actualmente este valor cotiza en niveles próximos a su cierre de 2009

Las ventas del primer trimestre crecieron un 11%; el beneficio, un 16%

| 2010-05-07T17:01:00+02:00 h |

L. Díaz

Madrid

La acción de Bristol-Myers Squibb (BMY) cotiza en la franja superior de su rango de variación del último año. Su comportamiento en este periodo vino marcado por una evolución alcista en el segundo semestre de 2009, logrando un máximo anual a mediados de diciembre. A partir de entonces, BMS perdió esta línea de crecimiento, alternando momentos de subidas y bajadas. Desde principios de abril este valor ha ido cediendo posiciones, moviéndose actualmente en niveles próximos a su cotización de cierre de 2009.

Sus resultados del primer trimestre de 2010 muestran un crecimiento de las ventas del 11 por ciento hasta los 3.766,7 millones de euros (8 por ciento excluido el impacto favorable del tipo de cambio). Un 64 por ciento de estas ventas se generaron en Estados Unidos, con un crecimiento del 11 por ciento, mientras que los mercados internacionales aportaron el 36 por ciento restante, con un crecimiento nominal similar al anterior, pero que una vez descontado el impacto del tipo de cambio se situaría en el 3 por ciento.

Por áreas terapéuticas la principal fue cardiovascular, con una aportación del 44 por ciento de los ingresos del grupo y un crecimiento en el año del 13 por ciento. También cabe destacar virología (que aportó una quinta parte de los ingresos, creciendo un 19 por ciento); oncología, con una aportación del 9 por ciento y un crecimiento del 7 por ciento; y neurología, con una aportación del 13 y un crecimiento del 2 por ciento.

Por productos

Por productos cabe resaltar el buen comportamiento de Plavix (clopidogrel DCI), cuyas ventas se incrementaron un 16 por ciento hasta alcanzar los 1.280 millones de euros de facturación. Buen comportamiento tuvo también la línea de antivirales, destacando productos como Baraclude (entecavir DCI), con un crecimiento del 42 por ciento y una facturación de 170 millones de euros; Reyataz (atazanavir DCI), con un crecimiento del 16 por ciento (290 millones de euros de facturación), y Sustiva (efavirenz DCI), con un crecimiento del 15 por ciento y una facturación de 260 millones.

La compañía consiguió compaginar el crecimiento de su negocio con la defensa de sus márgenes, y así el margen bruto sobre ventas se situó en el 72,8 por ciento, en línea con el del año anterior.

Al apartado de I+D, Bristol- Myers Squibb destinó 700 millones de euros, con un ligero descenso interanual del 1 por ciento. A pesar de esta disminución la inversión realizada en este apartado supuso el 14,6 por ciento de sus ingresos, porcentaje notablemente superior al de la media del sector.

El beneficio neto del trimestre ascendió a 570 millones de euros, con un crecimiento interanual del 16,4 por ciento, mientras que el beneficio por acción se situó en 0,43 dólares, un 30 por ciento más que en igual periodo del pasado año. Cabe destacar que BMS cerró el primer trimestre con una holgada liquidez, manteniendo una posición neta de 2.700 millones de euros, en línea con el mismo periodo del año anterior.

Para finalizar, y en relación con su posible comportamiento en el suelo bursátil tanto en el corto como en el medio plazo, el precio medio objetivo fijado por un panel de analistas se sitúa en 25,8 dólares, muy próximo a su precio actual. No obstante, cabe resaltar que se trata de un valor con un amplio margen de recuperación, teniendo en cuenta que actualmente cotiza muy lejos de su máximo histórico, alcanzado en el cuarto trimestre de 1999, cuando superó los 75 dólares, el triple de su cotización actual.

En el comportamiento futuro de este valor debe contribuir positivamente la favorable evolución que viene mostrando su cuenta de resultados, con crecimientos significativos tanto en ventas como en beneficios.