El consejero vasco dice haber hecho daño a los proveedores “de forma prudente”

Defiende una nueva relación con la industria para facilitarle un marco estable

| 2011-05-20T16:17:00+02:00 h |

e. m. c. / c. r.

Madrid

Once principios activos (cuatro el año pasado y siete éste) completarán la estrategia vasca de cambios en la prescripción, que el consejero de Sanidad del País Vasco, Rafael Bengoa, califica de ‘promoción de genéricos’. Durante su participación en la tribuna ANIS, rechazó la idea de profundizar en esta estrategia, en un discurso marcado por la doble necesidad de acometer reformas difíciles pero también de garantizar la estabilidad y sostenibilidad de los agentes del sector farmacéutico.

“Nuestra apuesta en términos de gestión de la crisis es dividir el dolor durante toda la legislatura, no hacerlo en un mes. Cuatro moléculas en un año, siete este año y creo que ya no habrá más”, contestó Bengoa a la pregunta de cuál será en el futuro la apuesta de su departamento en materia de política farmacéutica. Asimismo, manifestó ser consciente de la dura gestión que ha tenido que implementar sobre la contratación a la privada. Pero cree que eso, unido a su estrategia farmacéutica, ha permitido “proteger al usuario” y no tener que acudir al discurso del copago.

En este sentido, la actuación sobre los primeros cuatro principios activos generó 7,2 millones de euros en 2010 e incrementó la prescripción de genéricos. Los responsables de la Osakidetza estiman que la incorporación de siete principios activos permitirá terminar 2010 con un ahorro adicional de 8,7 millones de euros y una tasa de dispensación de genéricos del 30 por ciento. “Hemos hecho algo de daño a los proveedores del sistema, de una forma prudente, para poder sobrevivir a esta crisis”, afirmó Bengoa.

En lo que respecta al País Vasco este daño parece haberse congelado. Pero cada administración tiene sus propias normas, y Bengoa dijo ser sensible a los perjuicios que puede acarrear. Para él, es clave la coordinación con otras autonomías, lo que pasa por mejorar la gestión del conocimiento. A su juicio, se necesita un proceso específico liderado por el Ministerio de Sanidad para agilizar el intercambio de ideas. “No hay que ser pioneros en todo”, aseguró.

Otra muestra de la preocupación que le sugieren las diversas iniciativas autonómicas, aunque indicó que era firme defensor de mantener la descentralización de competencias sanitarias, es el hecho de reconocer como “totalmente legítima” la petición del sector de un marco estable para saber a qué atenerse en cada caso. “Es necesario que la administración y la industria tiendan puentes para que entre ambos digan qué se va a hacer en los próximos años para reducir la factura farmacéutica y la industria pueda posicionarse a lo largo de este tiempo”.

El NICE español, sí o sí

En el marco de su conferencia, “La crisis económica como una oportunidad para la reforma del sistema sanitario”, incidió en que la defensa de esta nueva relación institucional con la industria es única. También lo fue en su momento la defensa de la reorientación del sistema hacia los enfermos crónicos, un ámbito en el que su consejería trabaja desde 2009.

Pero no todas sus propuestas fueron bien recibidas. Su defensa de una fusión de las materias socio-sanitarias, a pesar de las competencias forales, fue duramente criticada por el PNV. Sin embargo, para Bengoa la crisis sanitaria se ha convertido en una constante y “no queda otra opción” que aprender a gestionarla de manera permanente. Eso sí, reconoce que no es fácil: “Es más difícil reorientar la prestación que hablar de financiación”.

Por otro lado, incidió en su apuesta por una estructura NICE en España, que decida qué prestaciones entran en el sistema. “Sería sano en España tener una especie de NICE británico y tendría que decidirse si su decisión es vinculante o no”, manifestó. En este sentido, el futuro para él pasa sí o sí por crear este organismo, con la salvedad de que, si no se acometen todas estas reformas, la agencia que se cree “será muy dura”. A fecha de hoy el EuskoNice sigue en fase de construcción, aunque “por el momento” su función no será reguladora sino asesora.