Puntualiza que el genérico empleado en la sustitución es una molécula distinta

Varios estudios demuestran un mayor riesgo de resistencias si la terapia fracasa

| 2011-03-25T16:43:00+01:00 h |

Esta carta a la que ha tenido acceso EG es un ejemplo de cómo está procediendo el Instituto Catalán de la Salud a informar a los pacientes de los cambios que van a realizarse en su medicación. En este caso, se le informa de la sustitución de la novedad galénica Urolosin Ocas (sistema de absorción oral controlado), comercializada por Boehringer Ingelheim, por un supuesto genérico de tamsulosina Ocas. El problema es que a día de hoy no está comercializado ningún genérico con la tecnología de liberación prolongada Ocas.

El Comité de Evaluación de Medicamentos de Uso Humano ha aprobado varias especialidades genéricas con una galénica similar, pero aún no han sido comercializadas. En todo caso, la compañía cree que es probable que los genéricos no puedan utilizar la denominación Ocas ya que es un nombre registrado. El departamento legal de Boehringer lo está estudiando.

Desde el Clínic de Barcelona explican que son dos formas farmacéuticas que comparten principio activo, dosis y posología, y con efecto farmacológico equivalente.

c. o.

Barcelona

Uno de los mayores logros alcanzado en el tratamiento del VIH es la posibilidad de administrar todo el tratamiento en un comprimido. Así lo valoran los expertos, y por ello este tema da pie a la controversia en un momento en el que algunas comunidades plantean deshacer los combos ante la llegada de los genéricos antirretrovirales. Cataluña lo plasma en su “Plan de medidas urgentes para la sostenibilidad del sistema sanitario”’.

Para Antonio Antela, exvicepresidente de Seisida y médico adjunto de la Unidad de VIH y Enfermedades Infecciosas del Servicio de Medicina Interna en el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, cuando se sustituye la combinación a dosis fija —la más utilizada es tenofovir, FTC y efavirenz— por los componentes por separado, “no se habla de lo mismo, ya que el genérico que se ofrece para poder reducir el precio es 3TC, una molécula parecida pero no igual a FTC”.

Según Antela, distintos estudios demuestran que, en pacientes que toman 3TC y el tratamiento fracasa, la aparición de resistencias es mucho mayor que en los que reciben un régimen FTC, el fármaco incluido en el combo. “Si por un lado estamos dando un régimen que es más difícil de cumplir —lo que expone al paciente a mayor riesgo de fracaso de la terapia— y cuando ésta falla, hay un precio más alto a pagar —por la mayor probabilidad de desarrollo de resistencias— claramente estamos ofreciendo a los pacientes un tratamiento inferior”, aseveró.

Si bien ofrecer los fármacos por separado cuando uno de ellos es genérico aporta una ventaja económica “notablemente importante”, Antela incide en que “habría que medir el valor añadido que proporciona tomar los componentes en un combo a dosis fija, y ajustar así el precio”. Concluye que si la Administración quiere reducir el precio del tratamiento en aras de la sostenibilidad y el acceso gratuito a todos los pacientes, debería “negociar un precio inferior al actual de los combos, pero que establezca el valor añadido”.

Pero la dinámica de los genéricos no acaba aquí. Hay otros casos en los que, de acuerdo al concepto de coste-efectividad comparada, se realizan “sustituciones eficientes de medicaciones siempre y cuando sea posible”, como afirma Antoni Gilabert, gerente de Atención Farmaceútica del Cat-Salut. Gilabert defiende que esa es la política macro, si bien se hará siempre “en base a un análisis individual según criterios clínicos”.

La consejería no ha cuantificado aún el ahorro de estas medidas, y explica que cada proveedor tiene sus márgenes y planteará sus objetivos. Como puntualizó Gilabert, hay innovaciones galénicas en las que la ventaja no es tan grande, o sólo favorece realmente a un número de pacientes, como las fórmulas disolubles en la boca.