J. R-T Sevilla | viernes, 28 de agosto de 2015 h |

Las Alternativas Terapéuticas Equivalentes (ATEs) ya son una realidad en Andalucía. El Servicio Andaluz de Salud ha publicado la resolución mediante la cual publicita que ha conseguido adjudicar el 41 por ciento de la oferta inicial (9 de 22 lotes) a cuatro compañías de las ocho que se presentaron a esta ‘subasta de medicamentos hospitalarios’. Sandoz ha sido la protagonista de este concurso con cinco adjudicaciones, seguida de Normon, con dos, y de GP-Pharm y Merz, ambas con una.

La filial de Novartis ha conseguido la mayor puntuación para los lotes 5,6, 7 (epoetinas), 9 y 10 (somatropinas) tras imponerse a las ofertas de Hospira y Novo Nordisk, respectivamente. Para la española Normon han sido los lotes 1 y 22 (inhibidores de la bomba de protones y derivados del ácido folínico), mientras que GP-Pharm se alzó con el 14 (análogos de la hormona LHRH) y Merz se hizo con el 21 (toxina butolínica) tras imponerse a la oferta de Allergan.

La consejería de Salud de Andalucía, quien no ha podido facilitar a este periódico unas previsiones de ahorro tras las adjudicaciones (en un principio se buscaban 12 millones entre los 22 lotes), sí que ha querido hacer hincapié en la libertad del facultativo de elegir el mejor tratamiento a pesar de este concurso. De hecho, según la propia resolución a la que remite la consejería, se asegura que “los centros del Servicio Andaluz de Salud solo podrán adquirir los medicamentos seleccionados para cada uno de los lotes, sin perjuicio de que el criterio del facultativo determine otro tipo de prescripción específica en base a otras patologías presentes o comorbilidades asociadas a un paciente concreto”.

De los 13 lotes que han quedado desiertos destacan los anticuerpos monoclonales en pacientes con cáncer colorrectal, los inhibidores de la proteasa y el interferón pegilado (ambos destinados para el tratamiento de la hepatitis C) y los Anti-TFN y productos biológicos análogos para la artitris reumatoide y la espondilitis anquilosante.

Un viacrucis judicial sin terminar

En agosto de 2013 vio la luz el Acuerdo Marco de homologación para la selección de principios activos (comúnmente conocido por ATEs) y desde su nacimiento ha estado señalado continuamente por distintos recursos judiciales. Tanto las patronales del sector (Farmaindustria y Asebio) como compañías y asociaciones de pacientes siempre pusieron en tela de juicio la legalidad de conformar lotes con principios activos diferentes, además de una posible vulneración de las competencias del ministerio de Sanidad.

Hasta la fecha de esta resolución del SAS, las ATEs han sufrido dos suspensiones cautelares del Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales (TARC) de Andalucía. La primera de ellas obligó a la Consejería de Salud a volver a redactar los pliegos por defectos formales, si bien la idea de Alternativa Terapéutica no fue valorada por este tribunal. La segunda suspensión cautelar, motivada por el aluvión de recursos, ha durado algo más de un año si bien el SAS ha conseguido finalmente su objetivo.

Pero este vía crucis judicial no ha terminado para Andalucía. Tras la negación del TARC andaluz a pronunciarse sobre el fondo de la cuestión (la idea de ATE) diversos recurrentes como Farmaindustria o Roche han decidido continuar su batalla y han presentado sendos recursos ante el Tribunal Contencioso-Administrativo para tratar de frenar el concurso. Según Sara Castelo, jurista experta en contratación pública, “este juzgado deberá fallar a favor de los recurrentes”.