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El óxido nítrico es un marcador de inflamación bronquial que se utiliza fundamentalmente en el abordaje del asma.
En el abordaje del niño asmático, además de valorar los síntomas y la función pulmonar mediante la espirometría, está estandarizado el análisis del grado de inflamación a partir de la fracción exhalada del óxido nítrico. Ahora bien, un equipo de la sección de Neumología Infantil del Hospital Universitario Donostia de San Sebastián está llevando a cabo un estudio en el que intentan comprobar el estado de la inflamación a nivel alveolar.
“Para ello utilizamos un aparataje con el que medimos qué tipo de inflamación hay en las vías aéreas más lejanas a la boca, al final del árbol bronquial”, explica Javier Korta, jefe de la sección de Neumología Pediátrica del citado centro, y presidente del Comité Organizador del Congreso de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP), celebrado en San Sebastián.
En el estudio han participado niños sanos, asmáticos sin tratamiento, y asmáticos que reciben la terapia estándar, corticoides inhalados. “No teníamos datos de sanos a nivel nacional publicados, por lo que este detalle del estudio es importante, porque hemos tomado esta muestra de referencia para compararlo con los niños asmáticos”, señaló la investigadora Olaia Sardón, que ha participado en el estudio.
De momento, la aplicabilidad queda por determinar, y la técnica no está claramente estandarizada en la infancia. “Hay varios niveles de normalidad publicados en la literatura, y de ahí el interés de tener una población normal nacional para poder comparar los datos de los niños asmáticos”, puntualiza Sardón.
Según han comprobado en el estudio con 27 niños sanos, 10 asmáticos sin tratamiento de base, y 58 tratados, aproximadamente, los que no tienen asma “presentan niveles normales” de óxido nítrico alveolar, como se esperaba, y los niños asmáticos presentan valores significativamente superiores. “Los valores sanos que hemos obtenidos son similares a algunos datos publicados en la literatura, lo que nos hace pensar que son acertados”, añadió.
Estudios preliminares similares se ha realizado previamente en adultos, si bien los resultados en ellos son “todavía contradictorios”, indicó Korta. Si los expertos han logrado entender lo que ocurre en la vía aérea más proximal, la parte distal aún es incógnita, pero su comportamiento puede implicar modificaciones terapéuticas. “Dependiendo de los resultados, podemos ser más enérgicos con el tratamiento”, apunta. De hecho, es posible que pacientes con inflamación en esta zona distal estén siendo infratratados, y requerirían dosis más altas de corticoides inhalados, o bien una combinación con otro fármaco.
Por otro lado, se debatió en el congreso sobre el tratamiento de la bronquiolitis, la enfermedad infecciosa que afecta a los lactantes. “Apenas hay tratamiento, pero sí existe una manera de prevenir en cierta manera la enfermedad, con un anticuerpo monoclonal”, afirma Korta. Se trata de palivizumab, que se emplea en aquellos pacientes de alto riesgo, como los grandes prematuros (por debajo de 30 semanas de gestación) y los niños que nacen con enfermedades respiratorias y cardiológicas graves.
Lo que ocurre es que los criterios de indicación de este anticuerpo monoclonal son en la actualidad muy restrictivos, y se está estudiando la posibilidad de utilizar el fármaco en otros pacientes con menor riesgo.
La aplicabilidad clínica del óxido nítrico alveolar está aún por determinar
Estudian aumentar las indicaciones de palivizumab para tratar bronquiolitis