Su bajada en bolsa contrasta con el buen comportamiento de sus resultados

Según algunos analistas, aclidinio podría facturar 2.000 millones hasta el año 2020

| 2008-12-21T18:03:00+01:00 h |

L. Díaz

Madrid

La acción de Almirall cotiza actualmente cerca del límite inferior de su rango de variación del último año. Su comportamiento en este periodo presentó una primera fase, entre los meses de enero y agosto, de cierta estabilidad aunque con una tendencia ligeramente negativa. En septiembre, la compañía española sufrió una fuerte caída que le llevó a perder en pocas sesiones más de un 40 por ciento, caída motivada por problemas en el desarrollo de un nuevo fármaco considerado clave para el crecimiento futuro de este grupo farmacéutico.

En concreto, el mercado castigó severamente los resultados obtenidos en las pruebas clínicas dentro de la fase III de desarrollo de bromuro de aclidinio, un medicamento destinado al tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Estos resultados preliminares son peores que los obtenidos en la fase II y han sido recibidos por el mercado con cierta decepción al no superar los obtenidos por otro fármaco competidor actualmente en el mercado. Almirall ha anunciado que presentará bromuro de aclidinio a registro en la FDA a lo largo de 2009, y en Europa hará lo propio en 2010.

Se trata de un fármaco desarrollado conjuntamente con Forest Laboratories, en el que había depositadas grandes esperanzas para su contribución al crecimiento futuro de Almirall. Según las estimaciones manejadas por algunos analistas, las ventas potenciales de este fármaco hasta el año 2020 podrían alcanzar los 2.000 millones de euros.

Los resultados de los nueve primeros meses muestran unas ventas de 685 millones de euros, un 16 por ciento más que en el mismo periodo del pasado año. El ebitda de este periodo ha ascendido a 217 millones de euros, con un crecimiento del 36 por ciento, mientras que el resultado neto ha sido de 134 millones de euros, un 6,4 por ciento más que el pasado ejercicio.

Los diez principales productos de la compañía por volumen de ventas han facturado en estos nueve primeros meses 430 millones de euros, el 63 por ciento de las ventas consolidadas del grupo, con un crecimiento en el año del 2,6 por ciento.

Por áreas terapéuticas destacan cuatro segmentos principales: enfermedades respiratorias, con el 20 por ciento de las ventas y una disminución del 5,6 por ciento; enfermedades del sistema nervioso central (SNC), con otro 20 por ciento de la ventas y un crecimiento del 3,2 por ciento; enfermedades cardiovasculares, con un peso similar y un crecimiento del 9,1 por ciento; y enfermedades digestivas, con un 15 por ciento de las ventas y un crecimiento en este periodo del 8,5 por ciento.

Crecimiento internacional

Por áreas geográficas, el mercado español concentra el 59 por ciento de sus ventas, experimentando en el año un incremento del 2,6 por ciento; por su parte Europa y Oriente Medio concentran el 30 por ciento del negocio del grupo, experimentando un fuerte crecimiento del negocio.

Por otro lado, y en relación con su posible evolución en bolsa en el corto-medio plazo, es de esperar una recuperación de este valor ya que el castigo acumulado en el año resulta excesivo y contrasta con el comportamiento de su cuenta de resultados. Actualmente la multinacional española cotiza un 60 por ciento por debajo de su precio de salida a bolsa hace algo más de un año, por lo que presenta un margen de recuperación significativo.