“Me gustaría que se conociese a la farmacia madrileña como la más profesional” “La farmacia española es de las más pobres de Europa y la madrileña de las más bajas en facturación” “En Europa, como los soldados, me pongo el uniforme de faena” “Si el comisario Charlie McCreevy conociera la farmacia española se daría cuenta de que debería ser un patrón de traje para toda Europa”
| 2008-11-16T18:00:00+01:00 h |

JUAN NIETO

Madrid

Pregunta. Usted es el farmacéutico más elegante de España, ¿se lo han dicho alguna vez?

Respuesta. La verdad es que no, pero si es por mi forma de pensar y actuar, me gustaría ser el más elegante. La profesión debe estar representada y una manera es la forma de vestir de su presidente.

P. ¿Tienen los madrileños la farmacia más elegante?

R. Más que elegante, me gustaría que se la conociese como la más profesional.

P. En casa, ¿dónde tiene más espacio: en el armario o en el botiquín?

R. Sin duda en el armario. El botiquín, gracias a Dios, se usa poco.

P. Lo de vestir bien se lo podrá permitir, porque se dice que los boticarios ganan mucho dinero, ¿no?

R. Eso es un tópico, ¡ya me gustaría que fuese así! Desgraciadamente la farmacia española es de las más pobres de Europa y la madrileña de las más bajas en facturación.

P. Pobres pero elegantes.

R. Sí, aunque siempre hay alguna farmacia prima donna.

P. Ahora que la corbata no la llevan ni los ministros… ¿debería ser obligatoria en la oficina de farmacia?

R. La farmacia está llena de mujeres, así que… En Madrid se cimienta en el fondo, no en las formas.

P. ¿Colores oscuros o claros? ¿De qué color pinta el futuro para el modelo de farmacia español?

R. Me gusta ponerme corbatas verdes, el color de la esperanza, que es lo que queremos transmitir a los farmacéuticos. En Europa, como los soldados, de uniforme de faena.

P. Lo del verde esperanza no es para pelotear a su presidenta, ¿no?

R. No, pero si sirve para algo se la piropea todo lo que haga falta.

P. ¿Europa quiere vestir a la farmacia de grandes cadenas?

R. La farmacia ha estado siempre muy bien vestida y ahora se la quiere vestir de saldos. Quieren vestirla de negro, pero trabajamos duro para evitar esta indumentaria sombría.

P. La dejarán hecha un traje, ¿no?

R. Como no estemos atentos… Si el comisario Charlie McCreevy conociera la farmacia española se daría cuenta de que debería ser un patrón de traje para toda Europa.

P. ¿Farmacia made in Spain?

R. Pues sí, nos iría bastante mejor que les va a otros países. Tendría que darse a elegir al ciudadano.

P. Es usted aficionado a la lectura. ¿Qué libro le recomendaría a McCreevy? ¿Las uvas de la ira, de John Steinbeck?

R. Sí, pero le pediría que pensase que ni la farmacia española es la Oklahoma deprimida que hay que abandonar, ni Bruselas es la tierra prometida californiana.

P. Eso me suena a discurso de Goebbels: “Si una mentira se repite las suficientes veces, acaba convirtiéndose en la verdad”, ¿no?

R. Y cuantas más veces se repite más fácil es que se lo crea la gente. También decía Machado que “todo lo que se desconoce se desprecia”.

P. Pasemos al Crepúsculo de los dioses, de Nietzsche. ¿A nuestra farmacia se le puede aplicar eso de que “lo que no mata hace más fuerte”?

R. La fortaleza nunca es gratuita y generalmente viene determinada por la experiencia y la confianza. Nuestras alas son la convicción en todo lo que hacemos bien, al servicio de los ciudadanos y con el compromiso de seguir haciéndolo.

P. Además de la lectura le gusta el tenis. ¿Es más de la camiseta sin mangas de Nadal o del estilo clásico de Federer?

R. Ésa es fácil. La elegancia de Nadal está en su fuerza, su determinación y su firmeza en defender con convicción y coraje cada situación. Ahora, a la farmacia le toca jugar como Nadal y demostrar en Europa quién es el número uno.

P. ¿A la farmacia española no le vendría mal un Nadal para defenderla?

R. Sin duda. Ya nos gustaría que Nadal traspasase el ámbito farmacéutico y nos defendiese en España, en Europa y ante todo el mundo.

Gato de pura cepa, como dicen los castizos, Alberto García Romero (Madrid, 1954) lleva ya dos años al frente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de la capital de España. Licenciado en Farmacia y especialista en análisis clínicos, García Romero destaca por su elegancia en el vestir. “Me visto como creo que se merece el colectivo al que represento, aunque creo que lo principal es ser elegante en tus convicciones”, dice. Una pasión, la farmacia, que compagina con su afición a la lectura (desde la poesía de Santos Chocano a la novela de John Steinbeck) y al tenis. “Sí, cuando era joven jugaba bastante al tenis pero… de eso hace mucho tiempo”, señala.