Afirma que para que España deje de estar a la cola en la UE hay que “eliminar la visión cortoplacista”
| 2010-10-01T16:59:00+02:00 h |

i. fernández/ c. arganda

Santander

La posición de España respecto al mercado de los medicamentos genéricos no es nada alentadora. Primero, porque nuestro país se coloca en la cuarta posición por la cola en prescripción de EFG en la Unión Europea. Segundo, porque dentro de España existe una gran diversidad en cuanto a la penetración de las especialidades genéricas según las comunidades autónomas, debido a que las regiones no siguen el mismo ritmo de crecimiento y distan mucho unas de otras. Por ello, la patronal de los medicamentos genéricos en España, Aeseg, emplazó al Gobierno a tomar medidas y a conseguir unas cuotas mínimas de prescripción de estos medicamentos para los próximos tres años. Cuotas que se traducen en llegar a un 40 por ciento en atención primaria y a un 20 por ciento en medicina especializada.

Así lo propuso Montserrat Almirall, vicepresidenta de Aeseg y directora general de Stada, durante el curso de verano organizado por Cofares en Santander, “El sector farmacéutico: ¿financiable y sostenible?”. Según la vicepresidenta de la patronal, estos medicamentos pueden suponer un ahorro de 320 millones de euros al final de este año, pero para que se consiga, el Gobierno debe “pensar” más en los genéricos y dejar atrás la visión “cortoplacista”, además de fomentar los programas de información al paciente.

Los EFG no son un pozo sin fondo. “La sostenibilidad de la industria genérica también es importante porque si no mataremos la gallina de los huevos de oro”, manifestó. En este sentido, afirmó que los genéricos deben dejar de considerarse en España como una herramienta únicamente para reducir costes, porque “si no se cuida la industria de genéricos nacional, que produce riqueza al país, no podrá ser de calidad ni exportar como otras europeas”.

Acciones necesarias

Para ella, el mercado de EFG necesita acciones gubernamentales. “El Ejecutivo tiene que controlar situaciones como las de ahora, en las que existen bastantes productos cuyo precio de venta es inferior al precio de compra del fabricante, o dejarán de comercializarse en España un buen número de genéricos”, aseguró. Y no sólo el Estado, ya que las comunidades también tienen deberes pendientes. Si comparamos unas con otras se encuentran diferencias abismales. Castilla y León o Andalucía prescriben más de un 30 por ciento de EFG. Sin embargo, otras como Galicia no llegan al 12 por ciento.

Esta situación no depende del partido de turno que gobierne en cada comunidad autónoma. “Deberíamos reflexionar porque no todas las comunidades están haciendo los deberes suficientemente bien como para conseguir que el ahorro sea igual en España”, indicó Almirall. Todo ello, a pesar de que ha sido en 2010 cuando el mercado de genéricos realmente ha vuelto a crecer en nuestro país y se ha situado en más de un 17 por ciento de crecimiento, cifra que contrasta con el escaso 6,2 que alcanzó en 2008.

A todo ello habría que sumar otro escollo importante: los retrasos en las autorizaciones de genéricos. “No tiene ningún sentido que la autorización de un EFG por procedimiento europeo esté tardando ahora hasta 16 y 18 meses y, aunque lo hemos denunciado a la Aemps, parece que tienen otras prioridades”, se quejó la vicepresidenta de Aeseg. En este sentido, la patronal propone la necesaria aceleración de los procedimientos de registro y variaciones, así como la optimización en la fijación de precios y la financiación.

Pero aunque hay más sombras que luces en el camino de los EFG, también hay que saber aprovechar las oportunidades. Para la patronal de genéricos, la posición de nuestro país en Europa “tiene que verse como una oportunidad”, pues los países en los que existe ya un alto porcentaje de genéricos no pueden ya explotar esta vía para conseguir o mejorar la situación financiera.