Recientemente, Vicente Javier Baixauli cumplía su primer aniversario al frente de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac). Un mandato que transcurre íntegro en plena pandemia pero sin que ello haya impedido desarrollar múltiples acciones y proyectos… Y reivindicaciones. Buen momento para hacer balance junto a EG.

Pregunta. Antes de adentrarnos en este balance, la actualidad manda. ¿Cómo se valora desde Sefac la fijación de un PVP máximo (2,94 euros) para la venta de autotest de antígenos?

Respuesta. Para SEFAC este es un asunto que se debería haber resuelto hace tiempo. De hecho, nosotros ya lo solicitamos cuando se autorizó la dispensación de los test de autodiagnóstico en las farmacias allá por verano. Lo que ocurre es que, una vez más, las cosas se han hecho tarde y dando la sensación equivocada de que este ha sido un problema generado por las farmacias, cuando no ha sido así, como ocurrió con las mascarillas al inicio de la pandemia. Ahora esto ha abierto otro debate recurrente y promovido por sectores que lo que quieren es penetrar en el canal farmacéutico sin importarle la salud de la población. Nadie se ha planteado regular el precio de estos y otros test en otros canales privados sanitarios o en lugares donde directamente es ilegal o en internet, pero con la farmacia parece que vale todo. La farmacia no solo vende test, como algunos pretenden hacer ver interesadamente. La farmacia presta un servicio profesional farmacéutico.

“El problema con los test no es de las farmacias; ya solicitamos la regulación del precio. Una vez más, las cosas se han hecho tarde”

P. En una entrevista tras su acceso a la presidencia hace un año, nos comentaba (denunciaba) que las Administraciones no estaban contando con las farmacias en la gestión de la pandemia. ¿Mantiene esa sensación?

R. Ahora soy más optimista. Hay varias CC.AA donde se viene contando con las farmacias comunitarias de forma mucho más activa. Por ejemplo, permitiendo que realicen test de antígenos y emitir certificados, que es fundamental para frenar la expansión de la COVID-19. Es verdad que todavía quedan retos, como podría ser la vacunación o, en concreto, la colaboración en la administración de las dosis de refuerzo, como se están apoyando otros países. Aquí sigue habiendo intereses que impide que sea también así. Estamos en un escenario en el que tenemos dosis y faltan manos. Es una necesidad a la que no se está haciendo frente desde las Administraciones.

“Soy más optimista que hace un año al ver cómo más CC.AA se apoyan en las farmacias”

P. Me cita “intereses”. ¿Qué queda por hacer u ofrecer por parte de la farmacia entonces?

R. Las posibles nuevas funciones de las farmacias no es un problema de competencias inseguridad, que no la hay, ni de utilidad o resultados, que está demostrado que la tienen. Es un problema de intereses que se están poniendo por encima de las necesidades de los pacientes.  No depende de nosotros. Vuelvo a aludir al ejemplo de la participación de las farmacias en los cribados de COVID-19, una tónica general en toda Europa. El perjudicado es el ciudadano.

P. Sigamos con la actualidad. En el marco de la pandemia se están asentando nuevos modelos asistenciales, como la Atención Farmacéutica Domiciliaria, en diversas ‘formas’. ¿Cómo se valora desde Sefac? ¿Queda mucho por afinar?

Al margen de las terminologías que se empleen en cada CC.AA, En Sefac tenemos claro desde hace mucho tiempo que es una necesidad a abordar y que no se ha resuelto normativamente.. No solo por las Consejerías de Sanidad, sino también por las de Servicios Sociales. La farmacia puede cubrir esa necesidad desde el punto de vista farmacoterapéutico, de una forma regulada y organizada Ya en nuestro Congreso Nacional de Alicante en 2018 presentamos una propuesta de AFD. Nosotros entendemos la AFD como un programa de atención farmacéutica a colectivos dependientes y/o con vulnerabilidades. Se ha demostrado su utilidad en la pandemia y ahora ha llegado el momento de que se regule.

P. En este campo, ¿cuánto de importante es la terminología, lo conceptual? Dicho de otra manera, ¿cree que debe irse más allá de la “entrega de medicamentos a domicilio”?

R. La terminología es fundamental. Muy importante. No podemos decir que sea lo mismo dispensar que entregar. No entendemos la dispensación sin una serie de comprobaciones de cara a asegurar que el paciente conoce su medicación y el buen uso de la misma. Tiene que constatarse una actuación profesional. La entrega lo limita a un ámbito meramente logístico.

“Al modelo logístico de dispensación de medicamentos hospitalarios le falta aún el componente asistencial”

P. Otro modelo en auge es el de la dispensación de medicamentos hospitalarios a pacientes externos sin que deban acudir a estos centros.

R. En esta cuestión hay que reflejar varias cuestiones. Por un lado, hay que destacar un problema de base: la presencia de muchos medicamentos de DH en los hospitales que podrían estar en el canal farmacia, que es el sitio natural. Creemos que a este modelo logístico existente en diversas CC.AA. le falta un componente asistencial. Se ha solucionado una necesidad logística pero ahora hay que solucionar una necesidad farmacoterapéutica. Y hay que llevarlo a cabo en colaboración entre la farmacia comunitaria y la de hospital. De todas las opciones que tiene el paciente para recoger la medicación, no cabe duda que la mejor es la farmacia comunitaria.

P. ¿Establecer protocolos para esa “dispensación colaborativa”?

R. Lo oportuno sería consensuar una serie de procedimientos entre farmacia hospitalaria y comunitaria que abarquen desde la dispensación hasta el seguimiento o la posible derivación de pacientes ante incidencias. Creo que es sistema que acerca el medicamento al paciente, y le evita desplazamientos a la par que le permite contar con un profesional cerca de su domicilio para esa supervisión. También hay otra cuestión que se debe abordar como es la sostenibilidad de este sistema. Esta actividad tiene que ser sostenible económicamente.

P. Una de las iniciativas que tiene en marcha Sefac es un proyecto de indicación farmacéutica (Indica+Pro), en colaboración con el COF de Madrid y el COF de Valencia. ¿Cuánto de importante es este servicio para aliviar la AP?

R. Para nosotros, la indicación farmacéutica es un servicio profesional farmacéutico asistencial. Y eso implica adquirir una serie de competencias y formación adicional. La indicación farmacéutica soluciona una necesidad del paciente en síntomas menores que actualmente se solucionan en los centros de salud, con un coste económico y de tiempo. La atención de esos síntomas menores desde las farmacias descongestiona las consultas, la carga de trabajo y dotarles de más tiempo para otro tipo de atención, Todo ello desde la coordinación con los médicos de AP. Precisamente, el programa de Indica+Pro incluye una serie de síntomas que se han consensuado con las principales sociedades científicas médicas de AP: Semergen y Semfyc

P. Hablando de colaboración, la intención es continuar las fructíferas relaciones con sociedades médicas, ¿no?

R. Es una línea de trabajo clara. En el siglo XXI todo pasa por la multidisciplinariedad. Y, sobre todo, que las palabras se traduzcan en hechos. Prácticamente toda la documentación científica que emana de nuestra sociedad está consensuada con sociedades médicas. También daremos continuidad al Congreso Médico-Farmacéutico que organizamos con Semergen y que en este 2022 acogerá Cuenca. Nos falta conseguir, aunque no es tanto una responsabilidad de los profesionales sino de las Administraciones, una mejor comunicación en nuestro ejercicio diario. Tenemos todas las farmacias conectadas en red, sistemas de receta electrónica… Pero no se facilita esa comunicación, y en especial con la Sanidad privada. Estas herramientas no tienen que ser solo un vehículo para prescribir o dispensar, sino también para la comunicación.

P. En 2021 han podido recuperar la presencialidad en sus actividades formativas, como son las Jornadas Sefac celebradas en decenas de provincias españolas. ¿Qué balance hace?

R. Estamos muy contentos porque se han podido llevar a cabo aún en contexto de pandemia y hemos superado los 2.500 asistentes en el conjunto de todas ellas. Además, este año se ha implantado un formato innovador, en el que se replicaba el programa en horario de mañana y tarde para facilitar la asistencia de los farmacéuticos.

“El estudio apoya la alta sospecha como factor de que es factor de riesgo principal de EM. Pero hay que ser prudentes para admitirlo como único factor”.


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