El V Congreso Nacional Médico y Farmacéutico, organizado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac), puso de manifiesto la importancia de la comunicación entre profesionales sanitarios. Todas las sesiones del congreso –vacunación, manejo compartido frente a la COVID-19, insomnio, anticoncepción o fibrilación auricular, entre otras– giraron en torno a dicha premisa.

El encuentro, que tuvo lugar en Zaragoza y al que acudieron más de 200 profesionales médicos y farmacéuticos, apuntó a la urgencia de poner en marcha un sistema de comunicación bidireccional entre médicos de atención primaria y farmacéuticos comunitarios que vaya más allá de la voluntariedad de los profesionales.

Trabajo conjunto entre profesionales

Durante la clausura del acto, se ha recordado la importancia de continuar generando documentos de consenso entre ambas sociedades científicas, como la guía de escabiosis  que se presentó durante el Congreso, y se ha defendido la necesidad de apostar por proyectos colaborativos, que se han demostrado factibles y sostenibles en el tiempo.

Aurora García, presidenta del comité organizador y secretaria general de la Junta Directiva Nacional de Semergen; Ana Molinero, presidenta del comité científico y vicepresidenta primera de Sefac; José Polo, presidente de Semergen; y Vicente J. Baixauli, presidente de Sefac, fueron los encargados de clausurar el congreso, apelando a la necesidad de trabajar de forma conjunta para lograr mejorar la calidad de vida de los pacientes.

En este sentido, durante el cierre del encuentro se anunció la creación del llamado ‘Manifiesto de Zaragoza‘, que Semergen y Sefac elaborarán de forma conjunta para protocolizar la comunicación entre profesionales sanitarios. Del mismo modo, se desveló la sede del VI Congreso Nacional Médico y Farmacéutico, que está previsto que se celebre en Toledo en marzo de 2024.

Entre las conclusiones que se pueden extraer del V Congreso destaca la necesidad del trabajo conjunto entre profesionales en beneficio del paciente, puesta de manifiesto en todas las mesas y, en concreto, en los talleres realizados sobre COVID-19 y fibrilación auricular y los seminarios sobre vacunación, diabetes, escabiosis y síntomas menores digestivos.

Asimismo, se han expuesto diversas experiencias colaborativas conjuntas médico farmacéuticas como Benzostop, SPD-Covid o TOGETHER sobre la edad vascular son experiencias de éxito que demuestran su necesidad, viabilidad y beneficio en la atención sanitaria.

Por otro lado, la colaboración profesional en atención domiciliara debe incluir a todos los profesionales implicados, cada uno con su rol y teniendo en cuenta la estratificación de los pacientes según sus patologías y comorbilidades. La Atención Farmacéutica Domiciliaria no tiene como fin llevar un medicamento a la casa del paciente, sino la prestación de servicios profesionales farmacéuticos asistenciales a aquellos que no puedan acceder a la farmacia a recibirlos, a través de programas sanitarios colaborativos con el fin de contribuir a mejorar su calidad de vida.

En este sentido, la comunicación asistencial médico farmacéutica es un elemento esencial cuando su fin es la mejora de la atención sanitaria del paciente. La asistencia a sesiones clínicas conjuntas puede facilitar el conocimiento entre los profesionales y su integración en el equipo de atención primaria.

La principal barrera detectada es la inexistencia de un canal de comunicación eficaz directo entre ambos profesionales. Los canales preferidos son la receta electrónica y la hoja de interconsulta. Esta comunicación debería ser protocolizada, bidireccional, cumplir con la LOPD y el consentimiento del paciente, permitir el acceso del farmacéutico a la información clínica necesaria para atenderle, no depender del voluntarismo y estar amparada por administración sanitaria. Debería priorizarse en temas relacionados con la conciliación de la medicación, la adherencia terapéutica y la educación sanitaria según la estratificación de los pacientes.

Las mejores comunicaciones científicas

En la ceremonia de clausura también se ha hecho entrega de los premios a las mejores comunicaciones científicas. Los trabajos premiados han sido los siguientes:

  • Premio al Mejor caso clínico: ‘Desnutrición y uso de suplementos nutricionales orales en pacientes con EPOC’. Autoras: Marta Ferrer Far y Ana Rodríguez Sampedro, farmacéuticas comunitarias en Paiporta (Valencia) y A Pobra (A Coruña).
  • Premio al Mejor Proyecto de Investigación: ‘Tolerancia gastrointestinal, experiencia y satisfacción con una fórmula infantil para lactantes en combinación con la lactancia materna: un estudio en vida real’. Autores: Ana Torres Rubio, Ana Rodríguez Sampedro, Navidad Sánchez Marcos y Francisco Javier Plaza Zamora, farmacéuticos comunitarios en Albacete, A Pobra (A Coruña), San Sebastián de los Reyes (Madrid) y Mazarrón (Murcia).
  • Premio a la Mejor comunicación: ‘Proyecto: formación en atención farmacéutica en Guinea Bissau. Implementación de procedimientos de dispensación en farmacias de Guinea Bissau. Mejora de conocimientos’. Autores: Adriana Montoto-Fernández, José Antonio Fornos Pérez, Miguel Leirós Nieves, Mª Angeles Pérez, Floro Andrés Rodríguez (Grupo Berbés de Investigación y Docencia) y Sadjo Ie (Hospital  Guinea Bissau).
  • Premio al Mejor proyecto colaborativo: ‘La edad vascular como clave para un enfoque de equipo de manejo de la presión arterial y riesgo cardiovascular entre los farmacéuticos comunitarios y los centros de atención primaria de salud (JUNTOS)’.
  • Autores: María Teresa Climent Catalá (farmacéutica comunitaria en L´Olleria (Valencia), Luis Salar Ibáñez (farmacéutico comunitario en Valencia), Vicente Pallarés Carratalá (Hospital General Universitario de Castellón), Sergio Cinza Sanjurjo (Complexo Hospitalario Universitario de Santiago) y Enrique Rodilla Sala (Hospital de Sagunto).
  • Premio al Mejor accésit, al trabajo ‘Detección de disminución de la agudeza visual relacionada con gabapetina  en farmacia comunitaria’. Autores: Jonathan García Cairós, farmacéutico comunitario en Madrid, y Ricardo Bernárdez Vilaboa (Universidad Complutense).