Farmacéuticos de atención primaria de Guadalajara han evaluado el impacto de su intervención a la hora de mejorar la prescripción de antibióticos para la población pediátrica. Y es que las resistencias antimicrobianas están muy relacionadas con el incremento del consumo de antibióticos, muchas veces de forma innecesaria. Se estima que en España se podrían producir en los próximos 35 años alrededor de 40.000 muertes por bacterias multirresistentes.

El grupo PROA-AP de la Gerencia de Guadalajara fue premiado durante la celebración de las VIII Jornadas de Seguridad del Paciente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha por el trabajo ‘¿Podemos mejorar la prescripción antibiótica? Evaluación e impacto de indicadores de seguimiento de un PROA-AP’.

La coordinadora de este grupo, Esther Marco Tejón, quien a su vez es miembro de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap), ha explicado que la fortaleza del trabajo reside en un rediseño de los indicadores de prescripción que permitió, de una manera rápida, identificar no solo cuántos antibióticos se consumen, sino también el contexto clínico en el que se utilizan. “Identificamos en qué infecciones pediátricas se estaban utilizando los antibióticos y qué antibióticos concretamente se estaban seleccionando para las infecciones más prevalentes“, ha indicado la experta.

El grupo de trabajo aplicó indicadores asociados a diagnóstico y observó que se había dejado de prescribir Penicilina V en faringoamigdalitis en beneficio de la Amoxicilina. También observó una mayor proporción de recetas de azitromicina que de Penicilina V, antibiótico para cubrir a la bacteria Streptococcus pyogenes, responsable de las faringoamigdalitis. Asimismo, se seleccionaba amoxicilina-clavulánico en alta proporción, cuando “la adición del Clavulánico no añade beneficio clínico al no ser S. Pyogenes productor de betalactamasa”, ha expuesto la farmacéutica de AP. Por otro lado, ha señalado que encontraron un área de mejora en la prescripción de antibióticos para infecciones de piel y partes blandas: “El rey era la amoxicilina-clavulánico cuando no es el fármaco de elección en estas infecciones, sino una alternativa”.

Detectar los puntos de mejora

En total se evaluaron 17 antibióticos recetados con frecuencia para las principales infecciones de ámbito comunitario. Gracias a los datos obtenidos (desde el inicio del trabajo en 2021 hasta 2022), los miembros del grupo multidisciplinar PROA-AP de la Gerencia de Guadalajara observaron que el antibiótico más seleccionado de una manera global en pediatría era la amoxicilina. También se observó un aumento en la selección de amoxicilina clavulánico y azitromicina.

“Este incremento de selección fue el que nos animó a investigar en qué patologías infecciosas se seleccionaban para identificar posibles puntos de mejora”, ha explicado Esther Marco Tejón. En base a la identificación de esos puntos de mejora, desde el grupo PROA-AP de la Gerencia de Guadalajara se diseñó una formación para abordar patologías en las que se habían detectado problemas de selección antibiótica a través de diferentes casos clínicos. Los resultados no se hicieron esperar.

Tal y como demuestran los resultados, “el impacto en la mejora de la selección antibiótica fue considerable”. En faringoamigdalitis se experimentó un incremento de la selección de Penicilina V hasta valores de un 16 por ciento y disminuyó la prescripción de amoxicilina-clavulánico y azitromicina. “Es un gran dato teniendo en cuenta que partíamos casi de cero. La Amoxicilina sigue siendo el antibiótico de elección, pero la Penicilina V es ya el segundo más prescrito“, sostiene Esther Marco Tejón.

Por lo que respecta a las infecciones de la piel y partes blandas, el trabajo del grupo PROA-AP de la Gerencia de Guadalajara logró reducir la selección de amoxicilina-clavulánico en 21 puntos (de representar el 70 por ciento de las prescripciones a quedarse en un 49 por ciento) e incrementar la prescripción del antibiótico de elección, el Cefadroxilo, que pasó de un testimonial 6 por ciento a representar una de cada cuatro prescripciones para este tipo de infecciones.

El impacto favorable del programa sobre la selección antibiótica ha llevado a ampliar el mismo a la población adulta: “La importancia de nuestro trabajo radica en poder medir bien para poder controlar de una manera más fina el consumo de antibióticos, de tal manera que podamos dirigir mejor nuestras acciones hacia la diana del problema”, concluye la farmacéutica de AP.


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