Alberto Cornejo Madrid | viernes, 08 de febrero de 2019 h |

La historia del SNS en general, y de la farmacia española en particular, cuenta con citas clave. No es cuestión de enumerarlas todas —tampoco sería posible—. En ese listado pueden figurar, entre otras, la culminación del proceso de descentralización de competencias sanitarias (10 de diciembre de 2001), la dispensación de la primera receta electrónica (29 de octubre de 2003), la publicación de la Ley de Garantías (26 de julio de 2006) o más, recientemente, la completa interoperabilidad de la historias clínicas (3 de enero de 2019). Aunque quizá en un escalón por debajo que estos hitos, la historia del SNS —y de la farmacia— cuenta con otras fechas para el recuerdo. Fechas a las que posiblemente haya que sumar las del 8 y 9 de febrero de 2019.

Estos son los días en los que Madrid acogió el I Congreso Nacional que unía a cerca de 500 profesionales sanitarios en torno a un mismo programa científico: el I Congreso Médico-Farmacéutico organizado por Sefac y Semergen, un evento “histórico” que tiene más importancia al celebrarse en un momento en el que desde otros colectivos se pone en solfa la asunción de nuevas competencias asistenciales por los farmacéuticos.

“Es un hecho histórico no solo por ser unificado, sino por ser necesario”, se refirió a este congreso Antonio Alemany, director general de Coordinación Asistencial de la Consejería de Sanidad de Madrid y encargado de inaugurarlo. El representante de la Administración madrileña aludió en su intervención lo que posteriormente fue muchas veces repetido en las intervenciones de profesionales y de la plana política: “A nadie se le escapa que la sociedad y los pacientes han cambiado mucho y se necesita una nueva Atención Primaria en la que todos los profesionales participen y sumen; por supuesto también los farmacéuticos”, dijo.

Eso sí, Alemany recordó, de cara a llevar a buen puerto esta colaboración multidisciplinar, y dado que “los cambios no son fáciles”, que “es fundamental desvertirse de galones y protagonismos… Y a veces cuesta”. Sobre ello, Jesús C. Gómez, presidente de Sefac, defiende que “las reticencias e intereses se encuentran en algunas entidades y organizaciones, porque los médicos, farmacéuticos y enfermeros en el día a día se conocen, se entienden y se coordinan”.

En este sentido, el representante de la Consejería de Sanidad de Madrid defiende que esa “nueva” Atención Primaria necesita una nueva legislación, como se está pretendiendo en su región con el proyecto de nueva Ley de Farmacia: “El legislador tiene que legislar en función de la realidad social y no dar la espalda a lo que la sociedad le pide”, apuntó. Su visión contempla que el farmacéutico comunitario “debe ayudar a contar con una sociedad más sana, en especial en detección y prevención”.

Por su parte, Francisco Igea, portavoz de Sanidad de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados y otro de los intervinientes en la mesa inaugural, también incidió en que la visión de la formación que representa es la de “apostar por la colaboración multidisciplinar”. No obstante, Igea avisó que “la Política y la Sanidad van sobradas de sectarismo, y en ambas no puede haberlo para avanzar”. Igualmente, reiteró, como en otras intervenciones públicas, que “si hay una estructura resistente al cambio, ésa es el SNS”.

Por otra parte, la representación ministerial en este I Congreso Nacional Médico-Farmacéutico corrió a cargo de Antonio Pareja, responsable de Estrategia de Atención Primaria del Ministerio de Sanidad. Pareja consideró que el farmacéutico tiene mucho que aportar respecto a la “visión comunitaria” de la Atención Primaria y confirmó la incorporación de Sefac (a petición de Semergen) en la mesa de trabajo para la reforma de la AP.