La relación entre la farmacia andaluza y el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha sido larga e intensa y aún perdura en el tiempo. Únicamente estuvo a punto de “romperse” al inicio de las subastas de medicamentos, pero no llegó a hacerlo y el hilo de comunicación entre la botica y la administración siempre se mantuvo.

La mesa de debate “Una mirada retrospectiva para orientar el futuro de la Farmacia”, en el marco de las VII Jornadas Farmacéuticas Andaluzas, sirvió para remontarse al pasado de las subastas y conocer la perspectiva de los farmacéuticos y la visión de la Consejería de Salud.

Un punto de desencuentro

La complicidad entre el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CACOF) y el SAS, se ha ido construyendo a lo largo de los años. “Se han conseguido muchas cosas en Andalucía desde el respeto y el diálogo. Eso no quiere decir que el camino haya sido fácil”, ha apuntado Alicia Aguilar Muñoz, jefa del Servicio de Gestión de Prestaciones Farmacéuticas del SAS.

Y es que en medio de toda esa colaboración y ese buen entendimiento entre ambas instituciones, las subastas supusieron un “punto de desencuentro”, ha explicado Antonio Mingorance Gutiérrez, presidente del CACOF.

“Después de todo el recorrido andado, nos encontramos con las subastas de medicamentos. Era eficiente para la administración, pero fastidiaba a la farmacia. Entiendo que la administración no hace nada para fastidiarnos y que el motivo fue que se encontraron con escasez de medicamentos”, ha declarado Mingorance.

Como medida de presión en contra de las subastas, denunciaron el concierto con la administración. Sin embargo, tal y como ha contado el presidente del CACOF, un mes después “comenzaron los impagos en todas las comunidades, por lo que no teníamos un arma legal para poder reclamar nada”. Así, reaccionaron “rápidamente” y reconstruyeron de nuevo el concierto.

“Aunque no estábamos de acuerdo en las subastas, había otras muchas cosas en las que sí, y no podíamos romper puentes con la administración. Tuvimos el acierto de seguir hablando”, ha agregado Mingorance, quien ha señalado que la farmacia andaluza no sería la misma ahora si se hubiesen roto puentes entonces. “Se optó por la prudencia, la moderación y el seguir hablando. Gracias a eso estamos hoy aquí”, ha concluido.

El dilema de la administración

Las circunstancias del momento obligaron a tomar una decisión: “Había que elegir entre la sostenibilidad del SAS o la sostenibilidad de la farmacia”, ha indicado Alfonso Pedrosa, periodista especializado en Salud y moderador de la mesa de debate. Ya se sabe cuál fue la decisión tomada por la administración.

En su defensa, Alicia Aguilar ha explicado que “siempre estamos preocupados por el gasto farmacéutico“. “No hay dinero. La administración no pone medidas por gusto, sino por necesidad”, ha aclarado la responsable del SAS.

“Lo primero que se hizo fue llamar a la puerta del Consejo andaluz“, ha asegurado Aguilar. Al principio, pensó que lograrían llegar a un acuerdo, pero finalmente salió adelante el Decreto Ley. Eso sí, Aguilar ha puesto en valor que “hasta en el peor de los momentos, cuando las subastas estaban, la actitud de los farmacéuticos fue respeto a la norma vigente“.

Ahora, las subastas de medicamentos han llegado a su punto y final: la Junta de Andalucía ya ha iniciado el proceso para darles carpetazo definitivo por ley.


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