El Global Madrid | miércoles, 25 de septiembre de 2019 h |

El papel clínico y asistencial de los farmacéuticos de atención primaria está creciendo año tras año. Solo en la Comunidad de Madrid los FAP revisaron en 2018 la medicación de más de 2.000 pacientes y realizaron más de 16.000 recomendaciones a los médicos y enfermeras orientadas fundamentalmente a disminuir el riesgo de reacciones adversas, de posibles interacciones, de efectos indeseados en los fármacos por dosis o pautas posológicas inadecuadas, y dirigidas también al fomento de la adherencia terapéutica; todo ello con el fin de colaborar en aumentar la eficacia y seguridad de los tratamientos. De estas recomendaciones se aceptaron alrededor del 75 por ciento, lo que para María de los Ángeles Cruz, vicepresidenta de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP), es “un éxito”, sobre todo teniendo en cuenta que en el Servicio Madrileño de Salud los FAP realizan las revisiones de medicación “sin tener al paciente delante, de forma que no conocemos determinadas circunstancias que no están en la historia clínica y que ya han sido valoradas previamente por nuestros compañeros”.

Pese a esta positiva valoración, Cruz reconoce que están trabajando “para que este porcentaje se vaya incrementando”. En ese sentido, desde SEFAP reivindican el “modelo gallego”, donde los farmacéuticos de atención primaria tienen su consulta en el centro de salud, de forma que atienden directamente y en persona al paciente que se les deriva cuando otros profesionales sanitarios consideran necesario que el FAP revise la medicación u ofrezca instrucciones sobre la misma. “Los centros de salud deben consolidarse como el lugar natural donde los farmacéuticos de atención primaria realicen atención farmacéutica dirigida a los pacientes y cooperen en la optimización de la farmacoterapia junto con el resto del equipo asistencial. Colaboramos con nuestros compañeros médicos y enfermeras, trabajando en equipo, de forma que cuanto más cercanos estemos a ellos, más éxito tendremos en esta tarea”, argumenta la vicepresidenta de SEFAP.

Una función aún desconocida

Países como Reino Unido, Canadá o Australia han realizado grandes inversiones económicas y de recursos humanos para acercar a los farmacéuticos de atención primaria a los centros de salud y para reforzar su función clínica y asistencial, una reivindicación histórica de SEFAP. Para María de los Ángeles Cruz este refuerzo es “imparable” por los cambios que se están produciendo en la pirámide de población, con una ciudadanía cada vez más envejecida, pluripatológica y polimedicada, lo que requiere de una atención particular en la que el farmacéutico de atención primaria puede jugar “un papel clave para potenciar el uso seguro de los medicamentos detectando o evitando errores, efectos adversos, interacciones o contraindicaciones con los medicamentos”.

La muestra de este nuevo paradigma es que la media de los pacientes cuya medicación fue revisada en 2018 por los farmacéuticos de atención primaria en la Comunidad de Madrid quedó fijada en 80 años y 14 fármacos prescritos. “Nuestra prioridad son los pacientes más vulnerables, es decir, los mayores y polimedicados”, afirma Cruz, que explica que cada vez reciben más peticiones de revisión sobre pacientes de residencias geriátricas. En concreto, en 2018 el 25 por ciento de las peticiones atendidas por los farmacéuticos de atención primaria madrileños estuvieron relacionadas con pacientes institucionalizados en residencias. “En ellos es donde vamos a tener que centrar más esfuerzos los FAP en los próximos años, en la revisión de la medicación de los pacientes con mayor nivel de riesgo”, añade.

Pese a estos datos halagüeños, por último, la vicepresidenta de SEFAP reconoce que al menos en la Comunidad de Madrid son aún minoría los médicos que solicitan las revisiones de medicación a los farmacéuticos de atención primaria. Para Cruz esto se debe a que esta función asistencial de los FAP es “novedosa todavía”, por lo que puede haber profesionales médicos que “aún desconozcan su aportación en el objetivo compartido de la mejora en la terapéutica y la salud de los pacientes”.