La farmacia comunitaria ha iniciado un recorrido, desde hace tiempo, que tiene como objetivo poner en el foco su papel clínico y asistencial para responder mejor a las necesidades sanitarias. Los retos en materia de salud que hay por delante requieren de la colaboración de todos los profesionales y los farmacéuticos están capacitados para ofrecer más servicios, pero necesitan un respaldo por parte de las Administraciones. Esta ha sido la gran conclusión de una jornada celebrada en Madrid por la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac), que ha centrado el debate en la dispensación excepcional y su regulación como paso importante para mejorar la atención al paciente y que además ayudaría a ahorrar recursos al sistema.
“Es el valor añadido del farmacéutico lo que le que permitirá estar cerca de los pacientes y ser insustituible dentro de la cadena del medicamento”, expresaba Vicente Baixauli, presidente de Sefac. Para ello es necesario mejorar la capacitación del profesional de la botica a la hora de solucionar problemas de los pacientes en la dispensación. “Vemos que tenemos amplio grado de mejora”, remarcaba Baixauli. Una idea que compartía Antonela Jiménez, presidenta de Sefac Madrid, al considerar que “es más necesario que nunca” avanzar en el papel clínico de la profesión y para ello se deben “reconocer las competencias y hacer valer nuestros conocimientos”. Elena Mantilla, Directora General de Inspección, Ordenación y Estrategia Sanitaria de la Comunidad de Madrid, coincidía en que el valor clínico es esencial en la labor farmacéutica y que ha quedado patente en la redacción de la reciente Ley de Farmacia madrileña. “La dispensación va más allá de la venta, es un servicio para garantizar de que los pacientes reciban y utilicen los medicamentos de forma adecuada”.
El farmacéutico se encuentra en su día a día con situaciones en las que hay falta de medicamentos necesarios y que no que solo se puede solucionar derivando al paciente al médico. La dispensación excepcional, como hemos publicado en EG, pretende corregir las lagunas inherentes al sistema —factores de riesgo relacionados con el sistema sanitario (FRRSS)— que ponen en riesgo la adherencia y persistencia del paciente.
Sefac ha realizado pilotajes en varias comunidades autónomas que han reflejado diversas incidencias que podrían ser subsanables a través de dicha dispensación excepcional y que además ayudaría a descongestionar el sistema sanitario, máxime en un momento donde los desabastecimientos y las faltas de suministros son cada vez más frecuentes.
Estudio de Sefac
Desde la Sociedad, a falta de realizar un estudio a nivel nacional, han llevado a cabo dos pilotos en Asturias y Aragón para conocer las circunstancias que imposibilitan a un paciente retirar un medicamento. Los factores de riesgo frente al acceso al tratamiento son cinco, principalmente. La circunstancia más común es la caducidad de la receta, que recoge tanto a un tratamiento crónico como en una primera dispensación —más del 50 por ciento de las ocasiones—. El segundo motivo es la ausencia o invalidez de la receta, donde falta algún dato —cerca de un 20 pro ciento—. La tercera causa es la insuficiencia de dosis, el medicamento no es suficiente para finalizar el tratamiento —un 13 por ciento—. Después encontramos los desabastecimientos, en aquellos casos donde el medicamento no es sustituible —con un 10 por ciento—. Por último encontramos la forma farmacéutica inadecuada, como en aquellos casos en los que el paciente tiene dificultades —menos del 5 por ciento—.
Del total de dispensaciones, casi 140.000, se encontraron más de 2.200 incidencias, lo que representa cerca del 2 por ciento. Una cifra que a priori podría parecer escasa, pero que si se extrapola a cifras anuales y a todo el país, serían unas 16 millones de incidencias. En España la sustitución de medicamentos es muy inflexible, apenas Aragón permite el cambio de la forma farmacéutica, siempre bajo situaciones de emergencia. También hay muchas dificultades a la hora de cambiar el tamaño del envase del medicamento.
La pregunta que subyace es: ¿Qué se puede hacer? Desde Sefac tienen claro que la dispensación excepcional es una necesidad para no poner en riesgo la adherencia del paciente, aunque también sugieren ir un paso más allá con la prescripción complementaria, que podría ser un recurso para modificar los tratamientos en caso de necesidad. Para ello, como argumenta Óscar López, vicepresidente 1º del COFM, hay que “dar seguridad jurídica al farmacéutico comunitario para que realice acciones que den continuidad en la prescripción medica”.
Algunas soluciones que proponen desde Sefac: aumentar el tiempo para retirar una receta o dispensar envases a mayores que cuente para el mes siguiente; evitar que el médico prescriba medicamentos que tengan faltas de suministro; ampliar a más conjuntos los cambios de forma farmacéutica, como ocurrió con la suspensiones de amoxicilina pediátrica; comunicación directa con el médico prescriptor para hacer sustituciones de comprimidos o dosis; detectar la causa de la falta de dosis para dispensar más cantidad con el consentimiento del médico; o far validez a los informes de alta hospitalaria si no se ha cargado el tratamiento en la receta electrónica.
Madrid como ejemplo reciente
En enero de este año, la Comunidad de Madrid tuvo una incidencia en el sistema en el sistema de receta electrónica durante varias horas. A pesar de ello, los farmacéuticos garantizaron el acceso a la medicación de muchos pacientes durante el fallo técnico, evitando más de 20.000 consultas médicas, es decir, se ofreció una dispensación excepcional en más del 30 por ciento de las prescripciones. Una actuación farmacéutica que ahorró casi un millón de euros al Servicio Madrileño de Salud en consultas. “Datos que deben servir y poner encima de la mesa para negociar con las Administraciones”, defendía el vicepresidente 1º del COFM.
El propio Manuel Martínez del Peral, presidente del COFM, también se refirió a la experiencia vivida en enero por las farmacias y pacientes madrileños y aseguró que el Colegio quiere trabajar en la elaboración de un procedimiento consensuado con la Comunidad de Madrid que permita realizar dispensaciones excepcionales “cuando las circunstancias de los pacientes lo exijan, porque esta es otra realidad más a la que hay que dar una respuesta eficaz”. El reciente Convenio farmacéutico firmado entre la Consejería de Sanidad y el COFM “ofrece la oportunidad de plantear una solución a los ciudadanos a través de la dispensación excepcional de medicamentos por parte del farmacéutico”, explicaba Martínez del Peral.