Tras habilitarse el pasado 22 de julio la venta libre de test de autodiagnóstico en las farmacias sin necesidad de receta, apenas ha bastado un mes para que desde el Ministerio de Sanidad se reconozca esta medida como “tremendamente positiva”. Así lo ha señalado la propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, a la conclusión del Consejo Interterterritorial celebrado este 25 de agosto.

“La valoración de la venta de antígenos (en farmacias) es tremendamente positiva y ha sido muy bien aceptada por la ciudadanía”, ha recalcado la ministra. “Ha sido un elemento más para la detección, que es lo más importante en plena onda epidémica” ha añadido Darias.

Las valoraciones de Darias han causado cierta sorpresa en el sector. En especial, dado que el cambio normativo que posibilitó el libre acceso a estas pruebas llegó con mucho retraso respecto a Europa. También meses después de que lo reclamasen oficialmente regiones como Madrid— y no sin que se manifestasen ciertas reticencias previas desde el propio Ministerio. Incluso, con la sensación de que solo el clamor profesional y social propició el giro de posicionamiento y articulase el cambio normativo que Darias valora como “positivo”.

Por este motivo, también ‘choca’ que desde el Ministerio se aplauda la receptividad que ha tenido la medida en la sociedad. Fueron numerosos los colectivos —en especial de pacientes— que reclamaban reiteradamente poder acceder a test rápidos de antígenos. Dicho de otra manera, una iniciativa que tenía prácticamente asegurada su aceptación antes de ver la luz.

Millones de test dispensados

Tal como ha informado EG, la población está aprovechando la posibilidad de adquirir estos productos sin necesidad de presentar receta.

Desde que se habilitó la medida, y según datos de la consultora Iqvia, las farmacias han dispensado varios millones de autotest de antígenos y anticuerpos de COVID-19, si bien actualmente se asiste a una reducción de las ventas en comparativa con el ‘boom’ inicial.

En concreto, la red de farmacias dispensa actualmente una cifra en torno a 554.000 test a la semana, mientras que a finales de julio se llegó a superar el millón de test por semana. Ello supone una reducción en torno al 49 por ciento de las ventas.