La incorporación de “robots” destinados a la dispensación farmacológica en la Farmacia Hospitalaria (FH) no solo mejora la precisión y seguridad en la dispensación, sino que también optimiza el flujo de trabajo y los recursos disponibles. Motivo de ello, con el objetivo de profundizar en cómo su implementación ha marcado un antes y un después en la actividad asistencial de los farmacéuticos hospitalarios, EG se ha puesto en contacto con los servicios de farmacia del Hospital Universitario La Paz, el Hospital Gregorio Marañón y el Hospital Universitario Príncipe de Asturias (HUPA).
Alicia Herrero, jefa del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario La Paz, indica que la automatización de la logística es un aspecto muy favorable a cualquier nivel, y que, en el caso concreto de los servicios de FH, afecta notablemente. “Permite que el farmacéutico pueda dedicar mayor tiempo a la actividad clínica, técnica y de gestión, relacionada de forma directa con la salud del paciente y su calidad de vida, siempre apoyado por una buena gestión logística robotizada”, indica Herrero.
Por su parte, María Sanjurjo, jefa del Servicio de Farmacia del Hospital Gregorio Marañón, alega que, en su caso, la “historia” de la automatización comenzó en el año 2000. “Es una evolución continua de adaptación en la que incorporamos cada año nuevas tecnologías para dar cobertura a necesidades de los pacientes, con el fin de mejorar la eficiencia, seguridad y calidad en la atención farmacéutica”, subraya.
Gema Baldominos, jefa del servicio de farmacia del HUPA, relata que ha logrado aumentar la capacidad de almacenaje, además de mejorar la logística en la gestión de los fármacos. “El Servicio de Farmacia dispone de los datos actualizados de los stocks que tiene y esto facilita la realización de pedidos reduciendo el tiempo empleado en esta gestión por los farmacéuticos”, explica. Además, se disminuyen los errores ligados a la dispensación y a las roturas de stock.
Un impacto notable sobre el paciente
“La dispensación automatizada asegura que al paciente se le dispensa el medicamento que tiene prescrito y no otro similar“, informa Baldominos. Siguiendo esta línea, añade que también “queda registrado el lote y la caducidad del fármaco que se ha dispensado a cada paciente, por si hay algún problema relacionado con un lote poder saber a qué pacientes se les ha dispensado cada lote”. De hecho, confirma que el robot, a su vez, gestiona automáticamente los fármacos almacenados, dispensando primero los más próximos a caducar para evitar estos problemas.
En este sentido, Herrero también indica que pueden disponer del medicamento en la propia consulta farmacéutica mientras se le presta la atención farmacéutica al paciente. “Poder hacer la dispensación sin tener que ir a buscar el medicamento nos permite dedicarle una mayor dedicación”, menciona. A su vez, prosigue, “se optimiza el espacio dedicado al almacenamiento de medicamentos”.
Optimización de espacios, trazabilidad y seguridad
Para Sanjurjo la automatización del proceso también ha facilitado una eficiente coordinación y gestión de los recursos. “Los farmacéuticos están especializados en las diferentes áreas clínicas, trabajando integrados en los equipos asistenciales, lo que refuerza la colaboración multidisciplinaria y mejora la calidad de la atención y el tratamiento al paciente“, corrobora.
Además, la jefa del servicio de farmacia hospitalaria del Gregorio Marañón saca a colación que, según los datos de un estudio llevado a cabo por su servicio de farmacia, la implantación de estos robots reduce la prevalencia de incidencias de dispensación del 1,3 por ciento al 0,6 por ciento, en comparación con la dispensación manual controlada por código de barras. Asimismo, confirma que se redujeron las roturas de stock, de 0,85 por ciento a 0,17 por ciento, las interrupciones de la dispensación por motivos logísticos, de 1,07 por ciento a 0,74 por ciento y el valor contable del inventario, de 940.000 a 860.000 euros.
Como consecuencia de que, paulatinamente, los fármacos van requiriendo de más trazabilidad, Sajurjo confirma que, en la última ampliación del almacén robotizado, han incluido la gestión de los medicamentos que emplean en la preparación de mezclas intravenosas (anticuerpos monoclonales, quimioterapia, antiinfecciosos, etc.). Esto, confirma, se completa con un sistema guiado de elaboración que registra incluso una fotografía de la medicación, además del lote utilizado. “Nos permite dar una respuesta rápida en caso de aparición de incidentes o efectos adversos”, indica.
Medidas de seguridad adicionales
Indagando en las medidas de seguridad adicionales que ofrece el sistema de dispensación automatizada en comparación con el sistema convencional, Herrero saca a colación que, tanto la gestión como la ubicación del medicamento en el robot, se realizan utilizando tecnología digital de identificación. Con ello la posibilidad de equivocación en la colocación y dispensación del medicamento se elimina, aportando un mayor grado de seguridad en el proceso. “El almacenamiento está más controlado y sus condiciones también”, remarca.
Asimismo, Herrero, en lo relativo a su impacto sobre la trazabilidad de los fármacos y la gestión farmacéutica, hace referencia a que una de las exigencias a la industria farmacéutica es la identificación de los medicamentos mediante tecnología digital en el packaging del medicamento. Actualmente, se realiza principalmente mediante lectura de QR, pero podría desarrollarse por identificación de imagen. “Con ello podemos trazar el medicamento desde su entrada en el hospital, hasta su colocación en el robot y su salida para la dispensación al paciente”, sostiene. “Conocemos en todo momento el flujo del medicamento y debemos llegar hasta la administración del mismo al paciente”, añade.
Otro de los aspectos a tener en cuenta según Sanjurjo es que la gestión automatizada también facilita la resolución de los problemas ligados a los problemas de suministro desabastecimientos. “Es problema que sufrimos a nivel nacional, que requiere un control exhaustivo del inventario y constantes cambios de marca comercial, con los correspondientes riesgos de quedarnos sin medicación o que se dé una confusión en la sustitución de una marca por otra”, subraya. Al respecto, Herrero añade que, en el momento actual, con los continuos desabastecimientos, “se hace todavía más necesario poder contar con un estricto control de stock que nos garantice adelantarnos a esa posible falta antes de que se produzca, buscando alternativas terapéuticas para el paciente”.
Recepción y adaptación del sistema por parte de los profesionales
La recepción y adaptación del personal del hospital a este nuevo sistema automatizado ha sido muy óptima. “Las nuevas tecnologías siempre conllevan un proceso de adaptación, pero si el sistema es amigable, este proceso se reduce”, afirma la jefa de servicio de FH del Hospital La Paz. “El principal problema que encontramos son las integraciones informáticas, ya que es necesario que se conecten con nuestro sistema de gestión de farmacia y con los sistemas de prescripción médica, y aunque en informática todo es posible, cuando tienen que ponerse de acuerdo proveedores y programas diferentes, el proceso se complica”, lamenta.
Atendiendo a los datos, Sanjurjo asevera que la satisfacción del personal con el robot es de 9,43/10. Asimismo, los aspectos mejor valorados por los profesionales son la contribución a la seguridad en la dispensación (9,88/10) y la facilidad de manejo (9,55/10). Además, también hace hincapié en que la robotización también logró reducir en un 59 por ciento el tiempo que el personal técnico de farmacia dedica a la gestión del inventario. De forma simultánea, garantiza que esto también repercutió significativamente sobre el tiempo de espera de los pacientes, que pasó de 16,5 a 10,5 minutos.
“El grado de aceptación ha sido muy bueno, ya que ha simplificado y reducido la carga de trabajo innecesario a todo el personal del hospital”, subraya Baldominos.
Con la vista puesta en el futuro
Esta positiva experiencia da paso a una gran cantidad de desarrollos o mejoras tecnológicas en el ámbito de la gestión farmacéutica hospitalaria. Entre ellas, Herrero destaca la mejora de las integraciones informáticas y su versatilidad, asi como la identificación de los medicamentos mediante técnicas de imagen. “Esto facilita el etiquetado y envasado y podría dar versatilidad al robot para introducir otros medicamentos como muestras para investigación clínica o fórmulas magistrales”, garantiza.
Por otro lado, Sanjurjo menciona que las mejoras tecnológicas deben ir enfocadas a minimizar la intervención humana en la parte logística y a utilizar los datos de una forma más eficiente. Así, incide en aspectos como la mejor gestión de los datos a través de la Inteligencia Artificial (IA) o el empleo de plataformas digitales y aplicaciones móviles que “facilitan el seguimiento remoto de pacientes y el manejo de enfermedades”. No obstante, alude a que éstas deben ser integradas en los sistemas de información de los hospitales. Todos ellos, señala, “son grandes y apasionantes retos con un enorme potencial para mejorar la eficiencia en la gestión de los medicamentos, la seguridad clínica optimizar la utilización de los recursos y, en última instancia, mejorar la salud de los pacientes a nivel global”.
En el caso del HUPA, Baldominos relata que ya están desarrollando la dispensación de medicación crónica mediante un cajero automático que dispensará los tratamientos sin la necesidad de que los pacientes tengan que venir a una cita prefijada con el Servicio de Farmacia. Asimismo, alude que está en desarrollo la implantación de un robot para mejorar la trazabilidad de las preparaciones intravenosas que se realizan en el servicio de farmacia, como por ejemplo la quimioterapia. Otra mejora que se plantea en un futuro próximo es la automatización de la dispensación de medicación a los pacientes ingresados mediante la implantación de robots similares al que ya tienen implantado, concluye.