El farmacéutico es mucho más que un simple dispensador de medicamentos. En los últimos años y sobre todo a raíz de la pandemia, los ciudadanos han valorado aún más la labor asistencial de las boticas. Un cometido que, como profesionales sanitarios, incide de forma directa en la mejoría de la salud de los ciudadanos. Esta labor siempre ha sido una de las razones de ser de los farmacéuticos, pero si se quiere profundizar, extraer conclusiones y desarrollar una mejor función asistencial, estos servicios profesionales tienen que quedar registrados. Una tarea que no es sencilla y requiere de soluciones digitales innovadoras en beneficio del paciente.

La pregunta que se ha planteado en Infarma es doble: ¿A dónde hemos llegado y a dónde nos dirigimos? Muchas comunidades autónomas han desarrollado sus propia herramienta de registro de servicios para que los profesionales puedan llevar a cabo su trabajo de la manera más óptima posible. La conclusión es que se ha avanzado mucho en los últimos años, pero queda camino por recorrer. El mayor reto al que se enfrentan dichas plataformas es el de unificar criterios y conceptos en todas ellas y conseguir una interoperabilidad para compartir datos y generar un conocimiento común.

Los expertos coinciden en que la pluralidad de herramientas es una fortaleza, ya que repercute en una mayor implicación de los COF y en los profesionales, pero la posibilidad de utilizar más de una puede generar dudas o reticencias. También existe una falta de recorrido y penetración para que sean más creíbles, es decir, necesitan de un mayor número de usuarios. Hay trabajo también a la hora de reducir la brecha digital que impide aún a algunos profesionales a sumarse a estas plataformas. Por ahora los principales servicios que documentan estas plataformas son las referidas a la revisión de medicación, presión arterial, la cesación tabáquica, parámetros antropométricos o consejos alimentarios, pero hay muchos más.

En definitiva, la función principal no es tanto crear una hegemonía de una de ellas, sino estandarizar y regularizar lo que deben incluir todas. Para, de esta manera, convertirse en una fuente de información para la Administración y los distintos niveles asistenciales. También ara generar una comunicación con otros facultativos. Actividades que ahorrarían muchos recursos del sistema.

Axónfarma

Axónfarma es una de las plataformas que mejores resultados ha cosechado. Como explicaba Alberto Virués, secretario del COF de Cádiz, la clave es adaptarse a las necesidades de los usuarios y trabajar con diferentes profesionales sanitarios. Con esta premisa, documentan el recorrido vital del paciente desde las instituciones. Esto ha permitido llegar a más de medio millón de personas y ha registrado la entrega de 200.000 medicamentos hospitalarios, más de 60.000 dispensaciones o 40.000 sustituciones. Además tienen la posibilidad de comunicarse con el propio sistema de salud de Andalucía o los centros de salud.

Farmaserveis

Núria Bosch, vicepresidenta del COF de Barcelona, presentó los últimos datos de Farmaserveis, que opera a nivel de toda Cataluña. Permite a más de 3.200 farmacias dar un servicio homogéneo y digitalizar los datos. Seguir los protocolos no es sencillo para muchas farmacias, por ello, el objetivo para Bosch es “concienciar y cambiar hábitos para adaptarse al mundo digital”. Además de los servicios más comunes, Farmaserveis ofrece servicios como entrega colaborativa de MH u ofrece recursos para primeras dispensaciones que permite registrar esa primera actuación para dar una mejor información al paciente.

Atenfarma

Vicenç Colomer, secretario del Micof, se refería a este ejercicio como una evolución del paradigma de la farmacia asistencial porque “el producto no es el centro de la actividad”. Una de las ventajas de registrar las actuaciones es, para Colomer, abrir paso a la retribución por esos servicios. Atenfarma también permite el servicio de cribados, formulación magistral y la generación de informes de derivación a otros servicios o profesionales sanitarios. Por ahora el camino es generar incentivos para conseguir más registros y “cooperar entre plataformas”.

Nodofarma Asistencial

Con Nodofarma Asistencial el “Consejo General une y crea valor a través de la red de farmacias del país”, resumía Raquel Martínez, secretaria del CGCOF. El fin es que los COF y los farmacéuticos que quieran desarrollar servicios asistenciales tengan una plataforma de registro. “Porque lo que no se registra no existe”. Hay 42 COF adheridos a este instrumento con el que se recogen medidas de parámetros clínicos, indicación farmacéutica o adherencia terapéutica, entre otros. “El ciudadano tiene que sentirse beneficiado y conocedor de lo que hacemos. La parte asistencial es nuestro valor diferencial, lo que nos hará permanecer”.

Sefac Expert

La Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria también tiene su herramienta digital con la que pretenden “sacar rédito al caudal de información asistencial”, explicaba Eduardo Satué. El objetivo es demostrar, por un lado, todo lo que hace el farmacéutico y mejorar de cara al futuro gracias a los datos generados. Para ello el programa permite compartir dichos datos y conocimiento a través de la nube. “El modelo asistencial no es hacer algo de manera puntual, sino integrar la practica asistencial en el día a día”, explicaba Satué.


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