Diversas asociaciones ciudadanas y de pacientes de País Vasco (Asociación Harri Beltza, EuskalSida, Gehitu Elkartea), junto al Consejo de Farmacéuticos regional, han pedido la implantación de un programa que permita el acceso (dispensación) de medicamentos antiretrovirales en las farmacias comunitarias vascas.
En concreto, han solicitado que se pilote esta posibilidad a través de un modelo semejante al que ya se prueba en Portugal con éxito. Es decir, los pacientes pueden decidir si quieren recoger su medicación en sus hospitales de referencia como hasta ahora, o en las farmacias que más les convengan. Se considera que ofrecer el canal de las farmacias como alternativa a los hospitales de referencia, “va a redundar sobre todo en una mayor adherencia de los pacientes a sus tratamientos contra el VIH y en un servicio de mejor calidad”, apuntan los reclamantes.
Esto influiría muy positivamente en la estrategia 90-90-90: que el 90 por ciento de personas infectadas lo sepan, que de ese porcentaje el 90 por ciento sean tratadas y que de este último otro 90 por ciento consiga la indetectabilidad.
Los representantes de las asociaciones han subrayado que el actual servicio de las farmacias hospitalarias “restringe mucho la accesibilidad de los pacientes por la limitación de horarios y sólo en días laborables, así como la distancia de los hospitales que hace perder mucho tiempo tanto en el trayecto como en la espera. Por estos motivos, los pacientes no siempre son adherentes a su tratamiento, ocasionando pérdida de efectividad de los antirretrovirales y la aparición de resistencias. “Muchas personas, además, trabajan en ese horario, por lo que mensualmente tienen que pedir permiso para recoger sus fármacos. O lo más probable, faltar a su trabajo para evitar el tener que comunicar su estado serológico ante la empresa y enfrentarse a los prejuicios de compañeros y jefes. Por estos motivos, en muchas ocasiones los pacientes no siguen puntualmente su tratamiento, ocasionando pérdida de efectividad de los antirretrovirales y surgiendo resistencia del VIH”, han subrayado los reclamantes.
Se pide, por tanto, facilitar un servicio más cercano a los pacientes que asegure su libertad de elección sobre el modo en que quieren acceder a su medicación mensual. “No se trata de rebajar los actuales controles, sino de ofrecer alternativas más cómodas y accesibles a los pacientes, por un lado y evitar, por otro lado, el crecimiento de las resistencias a los actuales medicamentos”, han dicho.
Cabe destacar que los resultados de la prueba que ya se lleva a cabo en Portugal han deparado que el 98% de los pacientes implicados en el programa (en su fase inicial) han preferido recoger la medicación en una de las farmacias comunitarias en vez de recogerlos en el hospital, como lo hacían antes.
Por datos así, estas asociaciones y los COF vascos han animado al Departamento de Salud del País Vasco a emprender un programa piloto semejante. Eso sí, considerando que “se hace necesario que el proyecto y su posible implantación deben ser con coste 0 para el paciente, de la misma manera que se reparte la medicación en la farmacia hospitalaria actualmente”, concretan. Esta reivindicación de la sociedad civil vasca junto a la farmacia para mejorar la accesibilidad a los antirretrovirales se suma a la emprendida hace ahora un año en Madrid por el COF y la Confederación LGTB Española, con el objetivo de realizar un pilotaje siguiendo el modelo de Portugal y de iniciar conversaciones con la Consejería para su puesta en marcha.