En España hay cerca de 75.000 farmacéuticos colegiados. La amplía mayoría —53.300, un 70 por ciento— ejercen en farmacias comunitarias, posiblemente la cara más visibles de la profesión. Pero el ‘ejército’ de batas blancas lucha frente al SARS-CoV-2 en muchos otros frentes más allá del mostrador de una botica. Es el caso de los hospitales —puntos críticos y de referencia en la pandemia— pero también en centros de salud, laboratorios, distribuidoras… Todos ellos, con un papel clave en este primer año de pandemia.

Farmacéuticos hospitalarios

Tras los ejercientes en oficinas de farmacia, los farmacéuticos de hospital es el colectivo profesional más numeroso. Su papel en esos epicentros de la atención a población infectada que son los hospitales ha sido, y es, clave.

Tanto en el abordaje terapéutico de la COVID-19 en estos centros (enfrentándose en origen a un abordaje desconocido), la generación de evidencia terapéutica en la lucha contra el SARS-CoV-2, los ·equilibrios” para evitar desabastecimientos de medicamentos básicos en los primeros meses de pandemia, así como en la readaptación de los propios Servicios de Farmacia a la atención a pacientes externos (apostando en muchos casos por el envío a domicilio de tratamientos y la telefarmacia).

Por ejemplo, en diferentes encuentros profesionales, Olga Delgado, presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), he venido recordando la “situación crítica” vivida por momentos en los Servicios de Farmacia. “Hemos tenido que hacer malabarismos en algunos casos”, indicaba en una entrevista con EG respecto a la gestión de stocks de medicamentos empleados frente a la COVID-19.

La labor de los farmacéuticos hospitalarios frente a la COVID-19 ha sido agradecida desde la propia Agencia del Medicamento y, en concreto, por su directora —y también farmacéutica hospitalaria—, María Jesús Lamas. “El contacto directo que hemos tenido desde la Agencia con la Farmacia Hospitalaria nos ha permitido en esta crisis tener siempre una visión real de lo que estaba ocurriendo con la COVID-19”, señalaba en el marco del último Congreso de la SEFH.

De manera especial, Lamas resaltó el estudio Rerfar-COVID (Registro Español de Resultados de Farmacoterapia frente a COVID-19) , un registro a iniciativa propia de la SEFH en el que participaron 174 servicios de Farmacia con la inclusión de más de 13.500 pacientes y que permitió analizar los resultados de los diferentes tratamientos empleados en el abordaje de la COVID en ingresos hospitalarios y en relación con las propias características de los pacientes.

Farmacéuticos analistas

En buena parte de casos, detrás de la realización e interpretación de una PCR en un laboratorio clínico se encuentra un farmacéutico analista. “Hemos sido claves no solo para el diagnóstico del virus con las PCR y los test de antígenos, sino también para la evolución del paciente y la afección, ya que podemos identificar otro tipo de parámetros bioquímicos que orientan mucho respecto a la evolución del cuadro” apunta Marta Collía, vocal nacional de Farmacéuticos Analistas del CGCOF.

Female scientist working in the CDC laboratory.

“Todas las especialidades del laboratorio clínico han estado volcados en esta crisis. Hemos tenido turnos de hasta 16 horas y nuestra entrega ha sido total”, añade su vocal nacional. En el caso de los profesionales de Salud Pública, añaden funciones de rastreo de positivos.

Farmacéuticos de AP

Junto a su labor de coordinación y seguimiento de los planes terapéuticos de los pacientes (en colaboración con médicos y enfermeros), los farmacéuticos que ejercen en centros de salud han diversificado su labor en este último año. ¿Cómo? Por ejemplo, añadiendo labores de rastreo de casos positivos de COVID-19 y la realización de pruebas diagnósticas (PCR, test de antígenos…). Recientemente, la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atenciòn Primaria (Sefap) reivindicaba el rol de estos profesionales en la también gestión de las vacunas y la atención de pacientes institucionalizados.

Farmacéuticos en la distribución

La distribución farmacéutica es ese eslabón que permite que cualquier medicamento llegue a cualquier rincón del país. Sin distinciones, ni en formas ni tiempos. Un abastecimiento puntual que se ha mantenido durante la pandemia, haciendo de la necesidad ¿virtud? O “adaptabilidad”, como indica José Ramón López, vocal nacional de Distribución del CGCOF.

Esa adaptación no solo ha permitido asegurar el abastecimiento de medicamentos, sino solventar las dificultades iniciales para proveerse de material de protección frente a la COVID. Y, mas recientemente, asumiendo en algunas CC.AA el almacenamiento y reparto de las vacunas desde sus instalaciones.