Los farmacéuticos están en desacuerdo con la posibilidad de combinar distintas dosis de vacunas frente a la COVID-19 para completar sus pautas de inmunización, pese a los resultados del estudio Combivacs del Instituto Carlos III que aluden a la “eficacia y seguridad” de esta medida.

Las principales entidades representativas de la profesión farmacéutica instan a que, en los casos en los que —a tenor de su edad— se haya administrado una primera dosis de la vacuna de AstraZeneca y tengan paralizado este proceso se complete la pauta con una segunda dosis de esta vacuna o bien se permita tomar esta decisión “de forma voluntaria” a los profesionales, frente a completarla con dosis de Pfizer u otras posibles.

Una voluntariedad que cuenta con el visto bueno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Tal y como ha confirmado la ministra Carolina Darias tras la reunión de este 19 de mayo, Sanidad y CC.AA han acordado que “dadas las circunstancias extraordinarias” y con el “consentimiento informado” se permitirá que aquellas personas que lo deseen reciban la segunda dosis también de AstraZeneca. Cabe recordar que, amén de los profesionales sanitarios, comunidades como Madrid, Valencia o Andalucía también son reacias a combinar vacunas.

Un 67% de profesionales afectados

Por ejemplo, desde el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos se pide al Ministerio de Sanidad, en primera instancia y con urgencia, que complete la vacunación de los profesionales que actualmente tienen administradas una única dosis.

Según el censo de colegiados de la Organización Farmacéutica Colegial, un 67,4% de los farmacéuticos comunitarios tienen menos de 55 años, alrededor de 35.000 profesionales, a los que hay que sumar a los auxiliares y técnicos en farmacia.

Un elevado número de profesionales sanitarios “que se encuentran frente al desconocimiento y la incertidumbre de no saber en qué momento recibirán la segunda dosis de la vacuna que se les ha administrado”, indican. Por ello, el Consejo General  reclama que se agilice la vacunación de la segunda dosis de Astrazeneca para farmacéuticos y personal de farmacias, con edad inferior a 60 años y que voluntariamente lo deseen, por ser profesionales sanitarios de alto riesgo.

Pese a los resultados del estudio Combivacs, desde el CGCOF se considera “no existe suficiente evidencia científica en este sentido” respecto a la combinación de dosis de distintas vacunas y se “alinean” con las recomendaciones de la EMA que apuntan a continuar con la inoculación con dosis de AstraZeneca.

En este sentido, respecto a los farmacéuticos y personal de farmacias que no quieran recibir la segunda dosis de AstraZeneca “deberían esperar a que se disponga de evidencia científica confirmada convenientemente de otras posibles combinaciones para completar su vacunación de forma segura y efectiva”, apuntan desde el CGCOF.

Sefac: ilógico, sin transparencia y despilfarro

Hay opiniones aún más criticas. La Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac) ha manifestado su “rechazo” a la citada decisión del Ministerio de Sanidad de completar la pauta de vacunación de los colectivos esenciales pendientes de inmunización mediante la combinación de dosis.

Para esta sociedad, la decisión de administrar una segunda dosis de la vacuna de Pfizer en lugar de AstraZeneca para inmunizar contra la COVID-19 a los pacientes pendientes de completar su pauta carece de evidencia científica suficiente y puede suponer un despilfarro en caso de que finalmente no se utilicen las dosis de AstraZeneca que estaban previstas en un primer momento. 

Respecto al estudio Combivacs, Sefac denuncia que sus resultados preliminares que avalan el uso de vacunas distintas “es muy limitado, tanto por su duración (se inició el pasado abril) como por el número de pacientes incluidos en la muestra (menos de 700) y no supone una alternativa con garantías suficientes para la seguridad del paciente”. Por ello, es muy crítica al indicar que “ha faltado transparencia en la información referente a la realización de este estudio y la decisión de Sanidad no puede justificarse en sus resultados, ya que el resto de la evidencia científica disponible no avala el uso de vacunas distintas y transmite un mensaje de confusión y desconfianza en la población hacia la seguridad de las vacunas”.

Por ello, Sefac cree que si existen otras motivaciones para cumplir con la pauta prevista inicialmente deben explicarse para que los colectivos afectados y el resto de la sociedad sean conscientes y puedan entender esta decisión que no goza del consenso necesario que debería regir las decisiones en materia de salud pública”.

Ahora bien, frente a la voluntariedad que posibilitará Sanidad, Sefac cree que “no debería dejarse en manos de la población afectada la decisión de recibir o no una segunda dosis de AstraZeneca si no desea la de Pfizer”.