Los farmacéuticos comunitarios se enfrentan a diversos retos y oportunidades en los próximos años en Europa. Para el PGEU, el Grupo de Farmacéuticos de la Unión Europea, estos profesionales ya hacen una «contribución dinámica y sustancial» a la salud de la población, pero están preparados para mejorar esa contribución y ayudar a fortalecer los sistemas sanitarios europeos.

En su informe ‘Farmacia 2030: Una visión para la Farmacia Comunitaria en Europa‘, el PGEU resalta que la labor de estos profesionales es clave y apunta que los farmacéuticos comunitarios, a menudo, son el primer y último punto de contacto entre el paciente y los sistemas sanitarios.

Esa labor se traduce en asegurar la calidad de los cuidados y la seguridad de los pacientes expandiendo los servicios farmacéuticos, colaborar con los servicios de atención primaria, innovar y mostrar liderazgo en terapias personalizadas. Asimismo, se marcan como objetivo mejorar la salud pública reduciendo la carga de enfermedades crónicas e identificando amenazas a la salud pública.

Los farmacéuticos también pretenden garantizar el acceso a los medicamentos asegurando que los pacientes puedan disponer de sus tratamientos cerca de su domicilio o trabajo, ofreciendo toda su gama de medicamentos en las farmacias comunitarias; y contribuir a la sostenibilidad de los sistemas de salud aportando servicios farmacéuticos innovadores y eficaces para reducir la carga de otros servicios sanitarios.

Acceso y accesibilidad

Para los farmacéuticos europeos, el acceso y la accesibilidad en la profesión es clave. “Los farmacéuticos comunitarios son los profesionales de la salud más accesibles para los pacientes en Europa”, subrayan. “Ellos ven a los pacientes sin cita previa y ofrecen un servicio de guardia las 24 horas del día, los 365 días del año”, añaden.

Además, su labor es suministrar los medicamentos que el paciente necesita y asegurar el almacenamiento y seguridad de estos. Precisamente, con relación a garantizar el acceso a los medicamentos y servicios de salud, el PGEU pone de ejemplo a España. Mencionan el sistema con el que cuenta nuestro país, CISMED, donde más de 6.000 farmacéuticos notifican los medicamentos que no pueden encargar para tenerlos disponibles en sus farmacias. “Esta información ayuda a identificar una situación generalizada del irregular suministro de medicamentos a la farmacia que, posteriormente, se remite a las autoridades competentes”, exponen en el informe.

Del mismo modo, apuntan a Nodofarma, la plataforma que canaliza la información y conecta en red a las farmacias españolas. “Esto abre nuevas posibilidades para la integración e interoperabilidad y ofrece soporte para los servicios profesionales farmacéuticos, integrándolos de forma segura y flexible, con potencial de desarrollo en el futuro”, señalan.

Recomendaciones futuras

Para satisfacer las necesidades los pacientes y contribuir a unos sistemas de salud europeos sostenibles y resilientes, el PGEU lanza 10 claves o recomendaciones que alcanzar para 2030:

  1. Maximizar los beneficios de la intervención del farmacéutico comunitario para los pacientes y sistema de salud mediante la prestación sistemática de servicios farmacéuticos destinados mejorar los resultados del tratamiento y la adherencia y minimizar los riesgos.
  2. Involucrar estrechamente a los farmacéuticos comunitarios en modelos de atención colaborativa.
  3. Garantizar a los farmacéuticos comunitarios acceso a la información relevante del paciente y a la lista de tratamientos que están tomando.
  4. Consultar a los usuarios finales sobre el desarrollo y facilidad del uso de las TIC para soluciones digitales en los cuidados de salud.
  5. Permitir a los farmacéuticos a progresar en una segura digitalización de los cuidados de salud (receta electrónica, etc.)
  6. Apoyar a los farmacéuticos a integrar la farmacogenómica, las normas clínicas y los datos de la vida real en su práctica diaria.
  7. Apoyar a los farmacéuticos en el diagnóstico, manejo de medicamentos, promoción de la salud y educación para reducir la carga de enfermedades crónicas.
  8. Establecer un marco regulatorio, cuando sea necesario, para permitir a los farmacéuticos ejercer su rol en salud pública y prevención.
  9. Ayudar a los farmacéuticos a asegurar que los pacientes tienen acceso a los tratamientos en sus casas o lugares de trabajo.
  10. Asegurar una remuneración adecuada a los farmacéuticos comunitarios y que refleje su contribución a la mejora de los cuidados farmacéuticos.