Tras conocerse el último informe de Monitorización de la mortalidad diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad, que estima que se han producido 2.176 muertes atribuibles a las altas temperaturas durante el mes de julio, desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), se advierte de la necesidad de cumplir las recomendaciones de uso y conservación de los medicamentos.
En concreto, hasta 7.000 presentaciones autorizadas y dispensables en farmacia comunitaria -cerca del 50% de un total de 15.000- requieren especial precaución durante una ola de calor. Si hablamos de principios activos o fármacos, se trataría de unos 680 fármacos, aproximadamente, sobre un total de 2.000.
Fármacos que pueden agravar los efectos de la ola de calor
Existen diferentes mecanismos por los cuales los fármacos pueden agravar los efectos de las altas temperaturas:
- Algunos favorecen la deshidratación o la pérdida de electrolitos, como los fármacos diuréticos.
- Otros afectan a la funcionalidad del riñón, como los antiinflamatorios, algunos antihipertensivos o algunos antidiabéticos.
- También, existen medicamentos que interfieren con los mecanismos de pérdida de calor de nuestro cuerpo. Por ejemplo, fármacos que reducen la sudoración, como los antihistamínicos, los antidepresivos o los fármacos para el Parkinson. Otros por el contrario van a disminuir la dilatación de los vasos sanguíneos de la piel, mecanismo que favorece la pérdida de calor. Entre ellos encontramos descongestionantes nasales o fármacos para la migraña.
- Finalmente hay fármacos que pueden aumentar de forma directa la temperatura corporal, como los antipsicóticos para esquizofrenia, ciertos antidepresivos o fármacos antitusivos como dextrometorfano, o analgésicos como tramadol.
Recomendaciones
Si se usa alguno de estos medicamentos durante el verano, es importante seguir estas recomendaciones:
- Beber alrededor de 2 litros de agua y otros líquidos y aumentar el consumo de alimentos como frutas y verduras.
- Evitar exponerse directamente al sol durante las horas centrales del día, y usar ropa fresca, de tejidos naturales, que permita la sudoración.
- Evitar tomar medicamentos que no hayan sido recomendados por tu médico o farmacéutico.
- Y, por supuesto, en caso de duda, se debe preguntar al farmacéutico sobre los medicamentos que conforman nuestro tratamiento farmacoterapéutico para saber si pueden tener efectos sobre episodios de calor extremo.
Consejos de conservación de medicamentos en caso de altas temperaturas
Durante las épocas de calor, una adecuada conservación de los medicamentos exige:
- Los medicamentos que deben conservarse entre 2 y 8 °C deben utilizarse tan pronto como se hayan sacado del frigorífico.
- Los medicamentos que se deben conservar a una temperatura inferior a 25 ó 30 °C suelen presentar un límite superior de tolerancia, y el rebasar puntualmente estas temperaturas, no tiene consecuencia sobre la estabilidad o la calidad de estos medicamentos. No obstante, hay que supervisar también las condiciones de conservación de este grupo de fármacos.
- Los estudios de los medicamentos que no comportan ninguna mención especial de conservación demuestran que no se degradan cuando son expuestos a temperaturas de 40°C durante 6 meses.
- Algunas formas farmacéuticas (supositorios, óvulos, cremas…) son bastante sensibles a elevaciones de temperatura. En este caso, no es el principio activo el que es sensible al calor.
- Cuando los particulares transportan sus medicamentos, deben aplicarse las mismas precauciones de conservación, utilizando una nevera portátil en el caso de que sea necesario. En cualquier caso, el resto de medicamentos no deben estar expuestos mucho tiempo a temperaturas elevadas como las que frecuentemente se alcanzan en los maleteros o los habitáculos de los coches expuestos a pleno sol.