Alberto Cornejo Madrid | miércoles, 04 de septiembre de 2019 h |

Es habitual que durante el periodo estival muchos sectores y servicios vean reducidas sus prestaciones. Los hay que, por su capilaridad o forma de funcionamiento, al menos minimizan el impacto que este asueto estival tiene en la población. Es el caso de la permanentemente accesible red nacional de oficinas de farmacia.

Mantener las puertas abiertas de las farmacias españolas en verano —muchos establecimientos, como los rurales, obligados a ello, dicho sea de paso— acarrea que, aunque nada de culpa tengan en su origen, también mantengan ‘activos’ los problemas que arrastran el resto del año. Es el caso, por ejemplo, de los desabastecimientos de medicamentos que, por desgracia en última instancia para el paciente, tampoco tomaron vacaciones este verano.

En concreto, dentro de lo que sigue siendo un problema ‘crónico’ en las farmacias españolas, sin entender de tipológía o ubicación, los medicamentos para el sistema nervioso y cardiovascular han sido los que han sufrido mayores problemas de suministro en la época estival. Así lo reflejan los datos del Centro de Información del Medicamento (Cismed) de la Organización Farmacéutica Colegial, en el que participan más de 8.000 farmacias de toda la geografía nacional.

En concreto, según la información “a tiempo real” que facilitan estos establecimientos —fechada a 1 de septiembre— un total de 34 medicamentos presentan en la actualidad con problemas de suministro en la red de boticas nacional (ver listado de Cismed), junto a casi otro medio centenar que se encuentran “en observación” al presentar una cifra considerable de faltas en un buen número de provincias y farmacias, según los criterios aplicados por Cismed.

Igual de preocupante como puede ser que el problema no de tregua ni a profesionales ni pacientes, también lo es que se mantengan las diferencias entre lo que puede considerarse desabastecimientos “de despacho” frente a los de mostrador. Tal como reflejaba un anterior informe de EG, De todas las faltas alertadas por las farmacias en 2018, solo un 31 por ciento fueron reconocidas “oficialmente” por la Aemps. Ahora, de esos 34 medicamentos identificados “sobre el terreno” por los farmacéuticos, solo el 41 por ciento han sido objeto de comunicación por “problemas de suministro” por la Agencia.

Es decir, el nivel de coincidencia mejora en 10 puntos porcentuales, pero todavía existe un importante porcentaje de teóricos desabastecimientos que se situarían en un ‘limbo’ entre lo que puede considerarse la realidad (farmacias) y la oficialidad (Administración).

En todo caso, la ‘mano’ la tiene la Aemps, al ser la única entidad con potestad para catalogar un medicamento en tal situación. No obstante, cabe recordar que, paliando la omisión en su primer borrador, el Plan de Garantías de Abastecimiento 2019-2022 diseñado por la Aemps y aprobado por el Consejo Interterritorial del SNS alude a la información generada por farmacias (véase el citado Cismed) y servicios de farmacia hospitalaria como una posible fuente de referencia para identificar casos no notificados por los laboratorios.

No parece ser que, de momento, se esté llevando esa teoria a la práctica. Sin embargo, según indica la propia Aemps en su último informe semestral sobre la situación de los problemas de suministro en España (primer semestre de 2019), la colaboración en las notificaciones de otros agentes distintos a los fabricantes, como pueden ser las farmacias, “es esencial en la detección e inicio de actuaciones ante estos problemas”.

El análisis de la Aemps

Precisamente, el último informe de la Aemps ratifica un incremento de notificaciones de problemas de suministro en los medicamentos del sistema nervioso, coincidiendo con la información de las farmacias que aportan datos a Cismed. Por contra, la Aemps constata una disminución de los del sistema cardiovascular, al menos en el cómputo general del primer semestre de 2019, que podría haber repuntado en la época estival a tenor del listado actualizado que proporciona semanalmente el Cismed. Del mismo modo, la Aemps destaca la elevada proporción de problemas de suministro de medicamentos antineoplásicos y antiinfecciosos.

Respecto al análisis de las notificaciones de hipotéticos casos de faltas recibidas en función de las condiciones de prescripción y dispensación, la Agencia confirma asimismo que el mayor aumento se corresponde a medicamentos sujetos a prescripción médica que se adquieren en oficina de farmacia. No obstante, la Agencia solo cataloga un 9,9 por ciento de ellas como de “impacto mayor”. Es decir, cuando no se disponen de alternativas terapéuticas y son necesarias acciones que van más allá de la sustitución del medicamento por el farmacéutico o el cambio de prescripción por parte del médico como la comercialización excepcional o importación de medicamentos extranjeros.

Los otros movimientos de la farmacia

Junto a la creación de herramientas como Cismed, las organizaciones farmacéuticas continúan ‘moviéndose’ para dar respuesta a los desabastecimientos o, cuando menos, minimizar el impacto en los pacientes que tiene la inexistencia de sus tratamientos. Por ejemplo, en paralelo pero complementario a Cismed, corporaciones como el COF de Madrid también cuentan con su propio sistema de control de faltas. En su caso, el Sistema de Información de Desabastecimientos de Madrid (SIDeM).

A nivel de patronales, cabe destacar la app ¿Quién lo tiene? promovida por la empresarial manchega Fefcam y con la que ya trabajan más de 200 farmacias de nueve provincias. Su funcionamiento pasa por poner en contacto a todas las farmacias que la tengan instalada, permitiendo que desde un establecimiento se pueda preguntar a otros por los medicamentos que un paciente está solicitando y que no ha podido encontrar. “El desabastecimiento de fármacos se ha convertido en un problema estructural que no ha parado de crecer. Gracias a esta app estamos ayudando a buscar al paciente su medicación y optimizando recursos”, opina Mariano González, presidente de Fefcam.