Los desabastecimientos de medicamentos no solo continúan siendo un problema crónico con el que conviven las oficinas de farmacia y, como perjudicados últimos, los pacientes… Sino que, lejos de aminorar, parecen acrecentarse. Cuando menos, desde la percepción de los propios profesionales. Un 65 por ciento de farmacéuticos europeos consideran que los problemas de suministro de medicamentos se agravaron en 2020 respecto a ejercicios anteriores.
Así se desprende de la nueva edición del informe sobre suministros de medicamentos —con datos de 2020—que elabora con periodicidad anual la Agrupación Farmacéutica Europea (PGEU, por sus siglas en inglés), a través de la información recabada de 26 corporaciones nacionales. Entre ellas, el Consejo General de Farmacéuticos de España.
En concreto, 17 de 26 corporaciones (65 por ciento) han señalado un agravamiento de los desabastecimientos de medicamentos en sus territorios en 2020. Solo un país —si bien el informe no realiza especificaciones de cuál se trata— considera que el problema se ha reducido (3,8 por ciento). El restante 30,7 por ciento (8 corporaciones nacionales) ha informado a la PGEU que la situación pudo considerarse igual (aunque existente) el pasado año respecto a ejercicios previos.
No obstante, en las consideraciones particulares que puede hacer cada entidad, el CGCOF indica para el caso de España que se constató una reducción en torno al 6,1 por ciento de los presentaciones desabastecidas en el primer semestre de 2020. Y, lo más importante, no se constató un aumento de las faltas en los primeros meses de pandemia de la COVID-19.
Cifras y medicamentos afectados
Respecto al volumen de medicamentos desabastecidos, la mayor parte de países (42,3 por ciento) tienen identificadas una cifra superior a las 300 presentaciones afectadas. Cabe recordar que, en el caso de España, herramientas como el Centro de Información y Suministro del Medicamento (Cismed) desarrollada por el CGCOF — que se nutre de la información proporcionada por más de 9.000 farmacias nacionales— permite conocer la situación “a tiempo real” del volumen de desabastecimientos que sufre la red de boticas.
Una plataforma que, debido a su utilidad, ha despertado el interés de otros países europeos hasta el punto de haberse diseñado ya un ‘Cismed europeo’ que replica el proyecto español. De hecho, el 23 por ciento de entidades nacionales corrobora la inexistencia de un sistema de notificación de escasez de medicamentos que pueda ser utilizado por sus farmacéuticos comunitarios.
Una de las ventajas que aporta Cismed hace referencia a la autosuficiencia en la información sobre las faltas: son los propios farmacéuticos los que avisan a la red de farmacias de estos problemas en sus stocks. No obstante, el informe indica que, en el balance general, los farmacéuticos comunitarios reciben la información relevante sobre la escasez principalmente de agencias de medicamentos (65 por ciento), fabricantes (57) y mayoristas (50).
Respecto al análisis de los medicamentos más afectados, los problemas de suministro afectan a prácticamente todas las áreas terapéuticas, aunque parecen más agravados en el caso del área cardiovascular y los sistemas nervioso y respiratorio.
Desabastecimientos: consecuencias
Respecto a las consecuencias señaladas por los farmacéuticos, apenas difieren a las constatadas en informes anuales anteriores.
A saber: inconvenientes para profesionales y pacientes (96 por ciento de países lo señalaron), interrupciones de tratamientos (80,7 por ciento), incrementos de copagos por posibles sustituciones (57,7) errores de medicación (23)… Y hasta fallecimientos (3 por ciento de países apuntaron a ello).
Respecto a consecuencias únicas para los farmacéuticos comunitarios, el informe refleja que los desabastecimientos generan pérdida de confianza de los usuarios en este profesional (80 por ciento de respuestas) y la propia insatisfacción del personal de la farmacia (76 por ciento). Asimismo, la PGEU considera que en las farmacias europeas se emplean una media en torno a seis horas semanales en gestiones relacionadas con las faltas de medicamentos.
En opinión del presidente de la PGEU, Alain Delgutte, “los resultados de 2020 muestran la alta incidencia continuada de la escasez de medicamentos en Europa y su impacto diario y oneroso en los pacientes y la práctica farmacéutica”. “Los farmacéuticos comunitarios han estado haciendo todo lo posible para evitar un mayor empeoramiento de las faltas. Esperamos una mayor atención de los responsables políticos a este fenómeno que nos permita informar de un progreso más positivo en los próximos años”, finaliza Delgutte.