Las farmacias confirman que su cercanía y accesibilidad favorecen las labores de prevención frente al VIH. Así lo ha destacado Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF). Y es que, según datos de la consultora Iqvia, en el último año las 22.198 oficinas de farmacia de España han facilitado el test de autodiagnóstico del VIH a más de 14.000 ciudadanos. A esta cifra se suma las cerca de 7.000 pruebas rápidas de VIH que casi 300 farmacias de Asturias, Castilla y León, Cantabria, Cataluña, Islas Baleares, País Vasco y Ceuta, realizan anualmente en el marco de los acuerdos que tienen suscritos con los gobiernos autonómicos.

Así, tal y como apunta Aguilar, la farmacia es un establecimiento sanitario que “contribuye a normalizar la situación de estos pacientes“. Y es que estos datos confirman la capacidad y el alcance territorial que ofrece la red de farmacias comunitarias en la detección precoz de enfermedades, fundamental para derivar al médico y poder confirmar de enfermedad con el fin de iniciar el tratamiento lo antes posible y retrasar así el avance de la enfermedad.

Pruebas de detección precoz en farmacias

En este sentido, Aguilar ha añadido que la realización de pruebas de detección precoz en las farmacias se consolida. “Cada vez son más las comunidades autónomas que confían en el farmacéutico comunitario como un aliado en la detección precoz de cáncer de colon y recto, diabetes o enfermedad renal, entre otros. Todo ello avala la necesaria participación de las farmacias, como aliadas estratégicas, en la futura Red de Vigilancia en Salud Pública”.  

De hecho, “durante la pandemia de la COVID-19 los farmacéuticos comunitarios de 12 comunidades han colaborado activamente en la detección precoz mediante la supervisión, realización, registro y notificación de casos positivos de tests de antígenos, lo que nos invita a reflexionar sobre el papel de la farmacia en Salud Pública“, ha señalado.

En el marco del Día Mundial del Sida, celebrado el pasado 1 de diciembre, el CGCOF destaca la participación de la profesión farmacéutica en un amplio abanico de iniciativas para evitar desigualdades, entre otras, en el acceso al tratamiento, las pruebas para su detección precoz y la prevención del VIH. Así, además de la dispensación de pruebas del VIH, los farmacéuticos en el ámbito de la prevención promueven intervenciones de educación sanitaria y promoción de la salud, y contribuyen a minimizar el riesgo de transmisión con programas de intercambio de jeringuillas y provisión de material estéril de inyección para usuarios de drogas por vía parenteral.

Comorbilidad y cronicidad

En relación con los tratamientos, los medicamentos antirretrovirales que reciben estos pacientes son de ámbito hospitalario, por lo que su dispensación es a través de los Servicios de Farmacia Hospitalaria. En este sentido, durante los últimos años se está avanzado en la dispensación colaborativa entre la farmacéuticos hospitalarios y comunitarios, un aspecto clave para estos pacientes, que puede mejorar la accesibilidad final a los tratamientos a través de las farmacias comunitarias y, por tanto, favorecer así la adherencia a los tratamientos.

Además, estos pacientes presentan en muchas ocasiones comorbilidades –diabetes o enfermedades cardiovasculares– cuyo tratamiento se dispensa en la farmacia comunitaria. Es fundamental el seguimiento de estos pacientes para contribuir a la seguridad de los tratamientos (por posibles interacciones con el tratamiento antirretroviral o reacciones adversas) y evitar resultados negativos asociados a la medicación que puedan alterar el control del VIH. En este sentido, el farmacéutico comunitario hace especial hincapié en la necesidad de cumplir con las pautas, ofreciendo el Servicio de Adherencia Terapéutica; y en la seguridad de los mismos con el Servicio de Seguimiento Farmacoterapéutico. 


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