Según el último informe del estudio ALADINO 2019 sobre la Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España, relativo a niños y niñas de entre 6 y 9 años, un 58,5 por ciento de escolares se sitúa en valores de normopeso mientras que el 0,9 por ciento sufre delgadez y el 40,6 tiene exceso de peso. De los niños y niñas con exceso de peso, el 23,3% está en niveles de sobrepeso y el 17,3% sufre obesidad. 

De igual manera, aunque ha aumentado el consumo de fruta respecto a años anteriores, solo un 20,1% de los escolares la consume habitualmente en el desayuno, mientras que los alimentos que deberían ser ocasionales tales como galletas, pasteles, bollería, batidos, néctares y golosinas se consumen incluso cuatro o más veces por semana, en un porcentaje significante de escolares.

Por este motivo, los farmacéuticos castellonenses impulsan una campaña ligada a la vuelta al cole bajo el lema “Meriendas con estilo”, con el objetivo de conseguir concienciar a los padres de la importancia de la merienda, y promover los hábitos alimentarios de la población infantil.

Según Rosa Arnau, vocal de alimentación del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Castellón, “tanto el almuerzo de media mañana como la merienda de media tarde, deben representar, cada una de ellas, el 15 por ciento del aporte energético diario total, pero lo recomendable es que esas calorías provengan de alimentos con un elevado contenido de vitaminas, minerales y proteínas, las cuales contribuyen al crecimiento y mantenimiento de la masa muscular”.

Arnau insiste en que “no hay que olvidar que por las tardes los niños y adolescentes realizan las actividades extraescolares, por lo que necesitan que ése aporte energético se componga de meriendas de calidad y saludables”.  De esta manera, los farmacéuticos insisten en que hay que evitar la bollería industrial, los alimentos procesados, los embutidos, los zumos envasados, las bebidas energéticas y refrescos azucarados con gas, los productos que contengan aditivos, conservantes, azúcares y cafeína, etc.

Como alternativa, se proponen alimentos como la fruta fresca, la fruta disecada, los frutos secos, preferiblemente naturales o tostados y en niños mayores de tres años de edad, los yogures líquidos, los bocadillos de pan del día e integral, rellenos de alimentos saludables como el atún, el salmón, el jamón serrano, el queso, entre otros y el chocolate de 70% como alternativa dulce más recomendable.  El agua es la bebida más aconsejable para los niños durante la merienda.

Además, Arnau asegura que es conveniente que entre la comida y la merienda transcurran tres horas porque “evitaremos que los niños lleguen a la cena “muertos de hambre” y durante la tarde, puedan realizar las actividades vespertinas sin ningún problema”.