Recientemente se han cumplido dos meses desde que el pasado 22 se habilitase la libre dispensación de test de autodiagnóstico de COVID-19 sin necesidad de receta en las farmacias españolas. Aunque los cánones fijarían en cien días el plazo estándar —o tregua— para realizar un primer balance, estos dos meses bien pueden ser suficientes para hacer un examen, con suficiente sustento, de la iniciativa.

Para llevar a cabo este particular ‘test’ al libre acceso de test de autodiagnóstico de COVID-19, EG ha escogido un modelo de ‘Q&A’ (preguntas y respuestas). ¿La conclusión? La libre dispensación de pruebas pasa el ‘test’… Con matices.

¿Ha aprovechado la sociedad este libre acceso a pruebas de autodiagnóstico?

Sí, aunque con oscilaciones con el paso del tiempo. Según los datos que ha venido difundiendo semanalmente la consultora Iqvia, la adquisición (dispensación) de estas pruebas de autodiagnóstico supera los varios millones de unidades desde que el pasado 22 de julio no se exige receta médica para ello.

Ahora bien, la demanda ha ido descendiendo con el paso de las semanas. Tras el (lógico) boom del estreno —con cifras que superaron el millón de unidades semanales, coincidiendo con el inicio de las vacaciones de buena parte de la población—, el volumen de dispensaciones ha ido cayendo progresivamente (medio millón de unidades dispensadas por la red de farmacias en las semanas finales de agosto, por ejemplo).

Actualmente, según el sondeo realizado por EG entre diversas farmacias de la geografía nacional, las dispensaciones son esporádicas. No obstante, cabe recordar que la finalidad de esta iniciativa es facilitar el acceso a estas pruebas, independientemente del mayor o menor uso que se haga de ella. De igual manera, la reducción de casos de COVID-19 a nivel nacional también tiene su influencia directa en la menor necesidad de realizarse estas pruebas diagnósticas.

Aunque la cifra de dispensaciones ha ido descendido, la valoración de todas las partes es positiva

¿Ha permitido la venta libre de test cortar cadenas de transmisión de COVID-19?

Sí, como así lo corroboran los datos oficiales reflejados en un reciente análisis de EG. Desde el 22 de julio se han podido identificar miles de positivos a través de estos test de autodiagnóstico adquiridos en boticas y confirmados posteriormente con una PCR comprobatoria en estructuras del SNS —como así exigía el protocolo del Ministerio de Sanidad—.

Por ejemplo, apenas recién cumplido un mes tras habilitarse el libre acceso, la Comunidad de Madrid computaba más de 4.000 positivos detectados a través de pruebas dispensadas en farmacias regionales. En Cantabria —con la lógica diferencia poblacional con Madrid—, la cifra de positivos detectados en el marco de los autotest supera los 2.000 casos. En Navarra se han llegado a constatar ‘picos’ de más de 60 casos detectados a la semana atribuidos a este libre acceso a pruebas diagnósticas.

Los ejemplos se constatan por igual en el resto de regiones, si bien no todas han llevado un registro permanente de los casos detectados en el marco de esta medida.

¿Se han apoyado las CC.AA en las farmacias para la trazabilidad de positivos?

No, solo algunas, y esta cuestión puede considerarse uno de los puntos en el ‘debe’ de la iniciativa. Ahora bien, el problema se sitúa en origen: el real decreto que habilitaba esta venta libre nada indicaba respecto a esta trazabilidad a través del canal farmacia quedando a iniciativa de cada Administración regional.

Solo ocho regiones —Aragón, Canarias, Cantabria, Cataluña, Galicia, La Rioja, Murcia y Navarra— han implantado circuitos de comunicación entre sus administraciones sanitarias y red de oficinas de farmacia para la notificación de resultados positivos de autotest de COVID-19. Esta misma semana, el Parlamento de País Vasco rechazaba una propuesta presentada por EH-Bildu para que las farmacias regionales notificasen positivos al sistema sanitario.

En aquellas CC.AA donde sí se han apoyado en las farmacias, los acuerdos suscritos con los colegios farmacéuticos varían en su contenido. En algún caso, la información recabada y transmitida por la farmacia se consigna incluso en la historia clínica del paciente. Y en algunos protocolos, como el que rige en Cantabria, el mero registro de un positivo por la farmacia en la aplicación informática habilitada con el Servicio Cántabro de Salud genera automáticamente una cita para una PCR comprobatoria al usuario.

En otras regiones, las Administraciones se han ‘limitado’ a recomendar a los ciudadanos que se realizasen los test en estos establecimientos a fin de contar con el asesoramiento de un profesional.

En el ‘debe’ de la medida, destaca el criterio dispar entre CC.AA respecto a la trazabilidad de los resultados

¿Se ha permitido a las farmacias certificar los resultados de las pruebas?

Solo algunas CC.AA, como Galicia, Aragón y Murcia, han autorizado a sus oficinas de farmacia a emitir certificados oficiales de los resultados de las pruebas que los usuarios se realizasen in situ en estos establecimientos. En el caso de Galicia, estos certificados son claves dada la exigencia de la Xunta —respaldada por el Tribunal Supremo— de presentar esta documentación para acceder a los interiores de establecimientos hosteleros.

Por ejemplo, en Aragón, a fecha de 15 de septiembre, las farmacias superaban los 4.000 certificados COVID europeos emitidos. En Murcia también se han superado ya los 2.000 certificados generados en las farmacias.

¿Ha frenado el acceso a test sin necesidad de receta el mercado ilegal?

Es difícil computar esta cuestión y poner puertas a este campo.

Una de las reivindicaciones de la profesión para demandar este libre acceso pasaba, precisamente, por evitar que la sociedad tuviera que acudir —como se hacía— a canales no sanitarios (en especial en Internet) donde se ofertaban estas pruebas sin garantías sanitarias. El RD que habilitaba este libre acceso era tajante al atribuir “exclusivamente” a las farmacias la dispensación de autotest. No obstante, en estos meses se han sucedido las denuncias de entidades —como el COF de Madrid— o de farmacéuticos a título particular de ofertas de estos test en establecimientos variopintos: bazares, etc. A buen seguro, adquiridos previamente en el canal legal de la oficina de farmacia para su reventa.

En el balance general, ¿ha sido (es) positivo el libre acceso a test de COVID-19?

Sí, a tenor de las valoraciones que hacen tanto profesionales como pacientes y asociaciones. Así se valora desde el propio Ministerio de Sanidad, otrora reticente a articular este libre acceso. La propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, ya calificó la medida como “tremendamente positiva” y, en especial, la “muy buena aceptación” por la población.


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