Alberto Cornejo / Enrique Campillo Madrid | miércoles, 12 de abril de 2017 h |

Paso a paso. Piano piano. Ese el tempo que mantiene una de las principales reivindicaciones de los farmacéuticos comunitarios de cara a su mejor quehacer profesional: el acceso al historial farmacoterapéutico de los pacientes, previo consentimiento de los mismos y respetando la protección de datos. Una lucha que si bien aún no se ha concretado en hechos concretos, sí parece seguir salvando escollos en su camino que permiten a la profesión mirar con optimismo al futuro cercano. Unos escollos presentados en su mayoría en forma de reticencias.

Un aspecto permite mirar con confianza el horizonte. En concreto, el que parece ser ya un tanto ganado por la farmacia: haber creado conciencia en el ámbito político y otras profesiones sanitarias de la importancia de este acceso. En el plano político, en los próximos meses (presumiblemente mayo) esta reclamación entrará de lleno en el ruedo parlamentario, toda vez que el Partido Popular presentaba a la vez el pasado 21 de marzo una Proposición no de Ley en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados y una moción a su homónima del Senado para instar al Gobierno a impulsar “el acceso seguro de los farmacéuticos a la información relativa a los medicamentos que el paciente está utilizando, tanto prescritos por el Sistema público como privado, con y sin receta”, coinciden ambos textos.

En el caso de la iniciativa del Congreso —cuyo valor añadido viene proporcionado por ser impulsada por la formación que ostenta el Gobierno—, la exposición de motivos recuerda que a pesar de todos los avances generados en la sanidad digital como la e-receta, historia clínica digital compartida y tarjeta sanitaria “se hace necesario dar un paso más y ampliar las competencias de las oficinas de farmacia, de modo que se facilite a los farmacéuticos la información clínica para alcanzar una coordinación efectiva con el resto de profesionales sanitarios y garantizar un mejor uso de los medicamentos”.

Esta PNL no se queda ahí y apunta más ventajas de este acceso “seguro” al historial farmacoterapéutico, señalando por ejemplo el mejor “seguimiento y control de enfermos crónicos y polimedicados”, así como que con esta medida “se conseguirá avanzar en la integración de los profesionales farmacéuticos en el Sistema Nacional de Salud”. Cabe recordar que a nivel autonómico también se están produciendo movimientos de cara a impulsar un cauce normativo que permita el acceso de sus farmacéuticos a estos datos. Incluso, en algunas regiones han podido llegar a buen puerto. Un ejemplo es Galicia, región donde sus farmacias tienen acceso al historial farmacoterapéutico del paciente, si bien acotado a los últimos seis meses.

Desde la posición ‘ventajosa’ que mantiene, el presidente del COF de Coruña, Héctor Castro, califica de “increíble” que la farmacia comunitaria tenga que seguir reivindicando este acceso. “Las Administraciones deberían ser conscientes de que la calidad de la prestación a los pacientes varía mucho en función de la información de la que se disponga”, apunta a EG. Ahora, los colegios farmacéuticos gallegos están trabajando para ampliar la accesibilidad a otros datos de “suma importancia” como el historial de alergias, dice Castro.

Por contra, otros recientes movimientos autonómicos no obtuvieron igual resultado. Como ya contó este periódico iniciativas presentadas en este fin en la Asamblea de Murcia y el Parlamento de Cataluña (moción y proposición no de ley, respectivamente, impulsadas por Ciudadanos) fueron tumbadas por el resto de formaciones, si bien más por las formas —en las que se articulaba la propuesta— que el fondo.

Precisamente, el debate de la moción murciana dejó patente que aún existen reticencias en la plana política. La diputada de Podemos, Ángeles García, argumentó su oposición a ampliar el ‘abanico’ de información accesible por la botica dado que, a su juicio, estos profesionales “ya tienen acceso a los datos que necesitan para su ejercicio”.

Apoyo de la profesión y pacientes

Son de sobra conocidas, y reiteradas, las reclamaciones instando a este acceso en aras de la mejor atención y seguimiento al paciente por parte de las entidades ligadas al ámbito de la farmacia comunitaria (Consejo General de COF; Sefac; etc.). Una reivindicación en la que cuentan con el apoyo de otros compañeros de profesión, y de los pacientes.

Por ejemplo, la farmacia comunitaria tiene en la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) un aliado. “Sabemos de la importancia que tiene el acceso a estos datos para la mejor atención, porque este era el mismo argumento en el que incidíamos nosotros cuando lo reclamamos en el pasado”, exponía recientemente su presidente, Miguel Ángel Calleja, quien, personalmente, se define como “un fiel defensor” no solo del acceso por el farmacéutico comunitario, sino “que también puedan registrar información en ella”, considera. Asimismo, desde la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap) se apunta a EG que el historial farmacoterapéutico único “es una herramienta fundamental para un adecuado seguimiento terapéutico del paciente, imprescindible para la integración óptima de las actividades realizadas en Atención Primaria y Atención Hospitalaria”.

¿Y los pacientes? Más apoyo. “Quienes dispensan fármacos deben conocer el historial para que no haya problemas a la hora de entregar un medicamento u otro”, indica Antonio Bernal, presidente de la Alianza General de Pacientes. Bernal —quien pone énfasis en que se garantice el “control” y privacidad de los datos del paciente—, considera que el acceso desde las boticas “puede ayudar al farmacéutico a dar mejores consejos, favorecer la adherencia y ayudarle a detectar problemas de interacción”.

Los médicos: “sí”…con matices

En una reciente entrevista concedida a EG, el nuevo presidente de la Organización Farmacéutica Colegial, Serafín Romero, indicaba cuál era el posicionamiento de esta entidad en este asunto. Un parecer que pasaba por la negativa “de partida” al acceso a la historia clínica en las boticas (exceptuando alergias), pero dejando una puerta abierta al acceso “y colaboración” de las farmacias en ampliar la información contenida del historial farmacoterapéutico.

“Apostamos por un escenario en el que colaboremos todos cara a disponer de una historia farmacológica común que favorezcan la acción colaborativa”. Para ello, el presidente de la OMC apunta cierta moneda de cambio a ese apoyo: “si los farmacéuticos quieren tener acceso al historial farmacológico, nosotros (médicos) también queremos tener acceso a los datos de dispensaciones libres que realicen las farmacias, ya que los medicamentos de venta libre tienen efectos secundarios o interacciones”. Para Romero, “no habrá historia colaborativa sin que cualquier médico tenga acceso a los datos de dispensación libre”.


El acceso por la botica al historial afronta un momento clave en el ruedo político, con próximos debates en Congreso y Senado



Las farmacias gallegas sí pueden acceder a estos datos…. Pero acotado a las prescripciones de los últimos seis meses