Alberto Cornejo Madrid | viernes, 07 de junio de 2019 h |

Según las estimaciones del Observatorio del Medicamento de FEFE, si se acaban concretando tal y como se conocen hasta ahora las intenciones del Gobierno de implantar unas subastas nacionales de medicamentos y el Plan de Acción para fomentar el uso de genéricos y biosimilares, las farmacias sufrirán un descenso medio en su facturación de en torno a 70.000 euros y un descenso del beneficio antes de impuestos de 18.000 euros.

Concretamente, dada la afectación global de estas medidas, serán 22.071 establecimientos los afectados. Es decir, cada una de las boticas que a cierre de 2018 componen la red nacional. En concreto, 24 más que las que existían a finales de 2017, cuando sus titulares aún desconocían que acabarían sumando dos nuevos envites económicos a la decena de medidas de recorte que ya pesan sobre ellas. O 97 más, si nos remontamos a 2016. O 707 más que cuando se inició la actual década (ver gráfico 1).

Y es que, pese a estos ‘palos sobre las ruedas’, el informe Estadísticas de Colegiados y Farmacias 2018 del Consejo General de COF, recién difundido, refrenda que la red nacional de farmacias sigue creciendo. Como lo viene haciendo de forma ininterrumpida en todo este siglo XXI. El saldo positivo de 24 farmacias obtenido en 2018 es consecuencia de las 50 nuevas aperturas experimentadas frente a 26 cierres constatados.

Así las cosas, con una crisis mediante y golpes periódicos a su línea de flotación económica, de cara al exterior la red de farmacias sigue mostrando buena imagen. Cuestión distinta sería (es) su interior, donde mantiene sus problemas. Y es que no conviene olvidar que existen 838 boticas (un 3,9 por ciento de la red) catalogadas oficialmente en situación de viabilidad económica comprometida (VEC), y a buen seguro bastantes otras que flirtean la línea roja de la rentabilidad.

Comparativa en modelos mediterráneos

Los recortes a las farmacias —vía precios, márgenes, deducciones o descuentos— es una tónica común en Europa. Pero no todos los países pueden presumir de músculo (numérico) como lo hace España con su red de farmacias. Todo lo contrario. La tendencia continental apunta a una merma de estas redes y, por ende, de la accesibilidad a este servicio.

Por ejemplo (ver gráfico), Alemania ha visto como su red de farmacias ha perdido 1.693 oficinas desde 2010, sin cerrar ningún año mediante en positivo. En porcentaje, la red germana se ha reducido un 7 por ciento. La ‘caída libre’ que sufre la red de farmacias de Francia tampoco es desdeñable: 994 cierres en los últimos siete años (-4,7 por ciento); 212 solo en 2017. No puede considerarse ésta una “década prodigiosa” para la farmacia teutona y gala.

Bien es cierto que no solo España arroja datos positivos en el grupo de países que tienen implantados —en mayor o menor fidelidad— modelos de corte ‘mediterráneo’. Por ejemplo, Italia y Portugal también ven aumentar año tras año la cifra de su red nacional. Ahora bien, el análisis en ambos casos tiene truco.

Respecto a Italia, cabe recordar que existen las conocidas como “farmacias municipales”, que son aquellas ubicadas en zonas peculiares que han sido adquiridas por los Ayuntamientos ante el desinterés de los profesionales, y de cara a evitar la pérdida del servicio (cierres). Pues bien, el porcentaje de farmacias públicas ya suponen el 8’6 por ciento de la red. En concreto, 1.675 boticas, según los datos más recientes (marzo de 2019) con los que cuenta la patronal italiana Federfarma. El servicio que ofrecen es el mismo que un establecimiento privado: al frente de ellas hay un farmacéutico titular asalariado y forman parte de las mismas negociaciones que todo el colectivo… E incluso algunas han sufrido la bancarrota.

Y en Portugal, esa evolución positiva bien podría virar a corto plazo. Una cuarta parte de su red (23,2 por ciento, 675 boticas) están actualmente en situación de insolvencia económica y/o embargo. Ello ha propiciado que en la actualidad exista una campaña nacional bajo el lema “Salvemos las farmacias portuguesas”.

Crecimiento homogéneo

A tenor del informe del CGCOF, otro de los aspectos positivos a destacar es que la red nacional no solo crece mejorando la accesibilidad, sino que, salvo algunos desajustes (ver información en página siguiente), lo hace de forma homogénea entre entornos rurales y urbanos.

Del medio centenar de nuevas aperturas en 2018, el 70 por ciento (35) se localizaron en municipios que no son capital de provincia, un porcentaje parejo al que ya reflejaba la media nacional: 64 por ciento.