La Federación Farmacéutica Internacional (FIP) ha lanzado una nueva herramienta para ayudar a los países a autoevaluar la idoneidad de sus sistemas regulatorios para apoyar las intervenciones farmacéuticas a fin de prevenir los daños de los medicamentos de calidad subestándar y falsificados (SF).
Desarrollada por el Grupo Asesor de Reguladores de la FIP, esta herramienta de autoevaluación cubre las funciones dirigidas por los farmacéuticos y las responsabilidades de los ministerios de salud de los países. “La FIP está muy preocupada por el riesgo cada vez mayor para la salud pública de los productos farmacéuticos SF. Sabemos que en algunos países la legislación que rige la fabricación y distribución de productos médicos, o la aplicación de la legislación, es inexistente o ineficaz”, ha expresado Brett Simmonds, presidente del Grupo Asesor de Reguladores de la FIP. Así, ha señalado que esta herramienta de autoevaluación es “otro mecanismo para disminuir el impacto de los productos médicos SF en la atención al paciente”.
En concreto, la herramienta tiene como objetivo ayudar a la detección, cuarentena y eliminación de productos médicos SF de la cadena de suministro farmacéutico a través de una legislación de apoyo adecuada. “Cuando se descubran debilidades o lagunas legislativas, las secciones contenidas en este documento podrían adoptarse o adaptarse y convertirse en parte del marco legislativo para combatir los productos médicos SF que ingresan a la cadena de suministro”, ha apuntado Simmonds.
La herramienta también se puede utilizar como recurso educativo para crear conciencia sobre el riesgo y el daño de los productos médicos SF entre todos los proveedores de atención médica y los responsables de políticas de atención médica, además de incluirse en programas universitarios y profesionales.
“Los ministerios de salud, las agencias reguladoras gubernamentales, los farmacéuticos y los equipos farmacéuticos deben desempeñar un papel importante en la detección y prevención de que los productos médicos SF lleguen a los pacientes y al público en general”, ha indicado el presidente del Grupo Asesor de Reguladores de la FIP.
Además, ha agregado, otras autoridades e instituciones competentes deben actuar para “proteger al público y educar a los profesionales de la salud y a todos los participantes en la cadena de suministro sobre los riesgos de los productos médicos SF, su detección y los métodos para proteger la integridad de la cadena de suministro”.